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La difícil repoblación de un espacio natural asaltado por el hombre

Los dueños de los 13 edificios ilegales demolidos en Mallorca entorpecen la recuperación

Vista del complejo demolido en Ses Covetes.
Vista del complejo demolido en Ses Covetes.Tolo Ramon

Los obstáculos con los que está tropezando la reforestación de un terreno que ocuparon varios edificios ilegales derribados el año pasado en Mallorca demuestran que la restauración de los espacios naturales asaltados por el hombre no es fácil. Los dueños del solar donde se levantaron aquellas construcciones en 1992 -13 edificios con 68 apartamentos en la costa de Ses Covetes, al lado de la playa natural de Es Trenc- se quejan de la lentitud de los trabajos de restauración, que entorpecen los temporales marinos y la sequía, y han pedido al Tribunal Superior balear que los suspenda.

Pero los jueces del Tribunal Superior que dictaron la demolición de los edificios y la recuperación de la flora y fauna que existían antes de la construcción no han cedido. “Los pasos de la naturaleza, exclusivamente, marcarán la ejecución de la repoblación forestal en curso, al lento ritmo que reclama una paraje junto al mar, sometido al viento salado y la extrema escasez de lluvia". En el último año, en dos siembras, de las 5.700 plantas autóctonas resembradas, muy pocas han arraigado.

“La restauración contradice la propia naturaleza”, expresa en sus apelaciones al tribunal la empresa propietaria de los terrenos y del negocio fallido de los apartamentos, que incluía un restaurante y piscina. La constructora desdeña que se eternicen los trabajos y se cree una especie de “jardín botánico” que jamás existió en el lugar.

La propiedad de la urbanización cambió de manos varias veces en 20 años y la sociedad titular está en concurso de acreedores, pero su letrado sigue pleiteando. Es una estrategia para vindicar la titularidad de la finca, que no es urbana y está protegida por la Ley de Costas, y mantener vivas sus tesis derrotadas. En su día esa compañía -Marina Ersnt SL- anunció que reclamaría 27 millones de euros de indemnización y que exigiría responsabilidades a los ediles que dieron las licencias ilegales.

Es Trenc, un paraíso conquistado

El Tribunal Superior de Baleares dictó la demolición de los 68 apartamentos de Ses Covetes y la repoblación de los terrenos después de dos décadas de pleitos, impulsados por los ecologistas del GOB (Grupo de Ornitología de Baleares) y los nacionalistas del PSM (Partir Socialista de Mallorca). Los jueces vigilan el cumplimiento de la sentencia y han visitado las obras de rehabilitación del terreno para verificarlo.

Desde entonces, Es Trenc y Ses Covetes –amenazados por urbanizaciones desde los 70- se han convertido en un símbolo de la lucha por la protección de los espacios naturales en España. La batalla para defender el enclave aunó durante años a ecologistas y partidos progresistas, y sigue haciéndolo porque la presión no ceja: existe un proyecto de un hotel y urbanización gigante en uno de los extremos de la playa, en Sa Ràpita. El plan, bendecido por las instancias políticas del PP, se está topando con obstáculos de planificación, financiación y vetos judiciales.

Los tribunales han ordenado también la piqueta y la repoblación de terrenos en más de una docena de asuntos de construcciones ilegales en las islas. En cinco ocasiones los jueces impusieron multas directas contra los alcaldes que dilataron la ejecución de sus sentencias. Los casos de más impacto son los de los chalés de Llucalcari en Deià, la casa Cretu en Ibiza, las construcciones rurales de Sant Lluís en Menorca, las casas de Andratx y el Cavlari de Pollença, el puente de Es Riuet de Porto Cristo y el complejo de Ca Ses Castellones de Formentera.

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