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Peligran las becas para latinoamericanos

El presupuesto público para que extranjeros estudien en España se ha reducido en un 70%

Estudiantes latinoamericanos becados por una entidad financiera española en 2006.
Estudiantes latinoamericanos becados por una entidad financiera española en 2006.Mónica Torres

El presupuesto que el Gobierno destina a las becas de jóvenes latinoamericanos en España se ha visto drásticamente reducido desde la llegada de la crisis en 2008. La financiación privada, aunque mantiene su cuantía, supone sin embargo una pequeña parte del total de las ayudas, y está dirigida a pocos y muy específicos campos.

Cuando Carina Cortassa terminó su licenciatura en comunicación en Argentina quiso seguir con su formación. Sus ojos estaban puestos en el campo de la ciencia, la tecnología y la sociedad, pero hace diez años estos estudios no estaban muy desarrollados en su país. “No existía un posgrado de excelencia”, afirma esta mujer de 43 años. Sí los había, sin embargo, en España. En 2005 ganó una beca de la Fundación Carolina para cursar el doctorado en ciencia y cultura en la Universidad Autónoma de Madrid. Todo estaba pagado: matrícula, viaje, seguro médico y gastos.

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Pero cuando los tijeretazos de la crisis comenzaron a desmantelar el área de educación el presupuesto de esta fundación —una de las principales instituciones españolas que otorga ayudas a Iberoamérica— comenzó un brusco descenso. A día de hoy, los recursos han disminuido un 65%, pasando en tres años de 17 millones de euros a seis. “Hemos reducido en gastos de estructura y de personal para que las becas no se vieran afectadas. Aun así, estas se han disminuido en un 50%”, explica el director de la Fundación Jesús Andreu.

En 2011 la Fundación Carolina ofreció poco más de 900 becas de posgrado y doctorado. Este año, de las 34.000 personas que se presentaron, se otorgaron solo 450. “Es natural que, cuando los recursos disminuyen, existan ajustes. Pero no deberían ser las vinculadas con la educación, ya que estas ayudas son prácticamente irreemplazables para muchos países en desarrollo”, denuncia Cortassa por teléfono. La parte de la Fundación financiada con fondos públicos —el 40% del total— ha sido la más golpeada. Hace tres años sumaba 10,5 millones de euros públicos. Este año, el Gobierno de España ha destinado 2,5 millones al organismo (76% menos). Las becas comprenden casi todas las áreas susceptibles de estudio, desde las ciencias y las artes hasta la economía o los videojuegos.

La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) del Ministerio de Asuntos Exteriores también otorga becas en torno a tres convocatorias: cooperación al desarrollo, cultura y artistas en la Academia de España en Roma (Italia).Todas ellas se estructuran en varios programas a los que los ciudadanos iberoamericanos tienen acceso. La crisis también ha dejado sus secuelas en el riego de estas ayudas que funcionan desde hace más de 50 años. El presupuesto de este año es de 3,5 millones de euros, un 70% menos desde el inicio de la crisis. Tanto el jefe de Área de Cooperación Universitaria del Ministerio, Héctor Núñez Amor, como el director de la Fundación Carolina insisten en el beneficio de estas becas para el estudiante y alientan a buscarla: “Si no lo consiguen a la primera, deberían volverlo a intentar”.

La telaraña de la crisis no se ha expandido a las ayudas que ofrecen algunas instituciones privadas como el banco Santander. Esta entidad financia las becas Botín y las de movilidad estudiantil. Las primeras están dirigidas a la función pública y tienen una duración de ocho semanas. Consiste en realizar un recorrido formativo por Estados Unidos, España y desde el año pasado, Brasil. Cada año se presentan aproximadamente 700 alumnos y se eligen a 40 lo cuales deben estar a la mitad de los estudios universitarios.

La beca fue decisiva para mi futuro laboral”, dice una estudiante argentina

La Fundación Botín existe desde 2010 y este año cuenta con un presupuesto de 53 millones de euros, según afirma el director Íñigo Sáenz de Miera. “Es una beca genial: adquieres conocimientos, aprendes sobre ti mismo; te ayuda a reafirmar o no tu interés por el servicio público, y conoces a muchas personas con los mismos anhelos”, cuenta María del Sol Delgado, una peruana que obtuvo esta beca con 22 años. Ahora tiene 27 y es diplomática en su país. Esta entidad bancaria también otorga becas de movilidad para que el alumno pueda cursar un semestre de su carrera en el extranjero. El billete, matrícula y seguro médico están incluidos, además de una mensualidad suficiente para pagar los gastos.

Los recortes han obligado a la Fundación Carolina a ajustar sus planes de oferta. Además de ayudas para doctorado, la fundación, creada en el año 2000, ha ofertado este año aproximadamente 80 becas más al emprendimiento (una modalidad reciente); becas de movilidad de profesores brasileños y becas para la Escuela Complutense de Verano. Ha eliminado, eso sí, las beca online (vía Internet) que existían en 2011, porque según Andreu era una manera de ahorrar y éstas no cumplían uno de los objetivos del organismo: “Que el estudiante sea embajador de su país en España”. Los campos más disputados entre los aspirantes a una beca son economía, empresas y ciencias sociales. A diferencia de las asignaturas de medio ambiente y ciencia de la salud que están al final de la lista.

Cuando Cortassa, la estudiante de comunicación argentina, regresó a su país al finalizar el doctorado logró estabilizar su posición en la Universidad Nacional Entre Ríos, en la frontera con Uruguay, y en el centro REDES, un instituto de investigación en el campo de ciencia y educación. “La beca fue decisiva para mi formación y futuro laboral”, subraya. En este momento, la ahora doctora se encuentra realizando una investigación posdoctoral en el Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología en la Universidad de Salamanca (España), gracias a una segunda beca que ha obtenido otra vez por la Fundación Carolina. Esta institución ha otorgado más de 14.000 becas y ayudas al estudio a lo largo de sus 14 años.

Roberto Velasco, coordinador de difusión del área internacional de la Universidad Autónoma de México asegura que los gobiernos deben hacer un esfuerzo para que estas ayudas sigan siendo una posibilidad: “Para los alumnos estas becas son una oportunidad: académicamente perciben otros métodos de estudios, y es una herramienta para su futuro laboral. Social y culturalmente viven otra realidad, su horizonte se expande, obtienen madurez personal y profesional”.

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