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La cara de Reeva, la novia de Pistorius, reflejaba “angustia y miedo”

Un vecino del atleta pone en evidencia su coartada al declarar que la luz de la casa del acusado estaba encendida "La confundí con un ladrón y le disparé", afirma que le dijo el paralímpico surafricano

Pistorius se sienta en el banquillo durante la cuarta jornada de su juicio.Foto: reuters_live

Cuarto día de juicio contra Oscar Pistorius en Pretoria. La primera persona que llegó al apartamento y vio la escena del crimen fue un vecino: allí estaba el atleta, al lado de Reeva Steenkam herida de muerte; la mujer reflejaba en su cara “angustia, miedo, estaba fuera de sí”. Así lo ha declarado hoy jueves Johan Stipps, vecino del deportista sudafricano acusado de asesinar a su novia en su casa. Stipps ha asegurado al fiscal que la luz de la habitación del velocista estaba encendida cuando se despertó por “tres fuertes ruidos” que enseguida identificó como disparos.

Este testimonio vuelve a poner en evidencia la línea argumental de la defensa. En su declaración jurada Pistorius (que aún no ha declarado en el juicio) afirmó que siempre estuvo a oscuras, por lo que no pudo ver que Steenkamp no estaba en la cama sino encerrada en el lavabo, que fue finalmente su trampa mortal.

Stipps reside a 72 metros (la menor distancia de los tres vecinos que ya han declarado) y desde su casa tiene visión directa del apartamento de Pistorius. Cuando identificó de dónde provenían los disparos y los gritos de lo que le pareció una mujer, vio luz en la habitación y en el baño “a alguien en movimiento de izquierda a derecha”. Tras el último disparo llamó a seguridad para alertar de que posiblemente “una desgracia familiar había pasado” en el complejo, pero al no recibir respuesta se fue hacia el domicilio del atleta para ofrecer su ayuda, ya que es médico.

Mientras esperaba en el teléfono aún oyó tres fuertes golpes más, que bien podrían corresponder a los intentos de Pistorius de derribar la puerta del lavabo con un bate de críquet tras darse cuenta de que había matado a su pareja.

Al llegar al apartamento de Pistorius, el vecino se encontró a una mujer herida estirada a los pies de la escalera y a un “hombre de rodillas” que intentaba practicarle la respiración artificial a su lado “introduciéndole los dedos en la boca”. Aún no sabía que era el paralímpico. La víctima presentaba heridas en “el muslo derecho, parte superior del brazo derecho y tejido cerebral en su cabello”, detalló el médico.

“Le disparé, pensé que era un ladrón y le disparé”, le dijo Pistorius a Stipps nada más verlo, según su testimonio. El vecino indicó que el atleta estaba “emocionalmente trastocado” y llorando decía: “Dios, déjala vivir, no la dejes morir” al tiempo que prometía “que dedicaría su vida a Dios si ella sobrevivía”, contó el testigo. “Quería ayudar a la mujer, me pareció sincero”, admitió.

En la sala de vistas, el atleta se vino abajo por primera vez en los cuatro días que dura el juicio, agachando su cabeza y tapándose los oídos con sus manos cuando el testigo explicaba que Steenkamp “no tenía pulso y estaba herida de muerte”, hasta el punto que el médico tuvo claro desde el principio que no había nada qué hacer por su vida.

Pistorius se enfrenta a una pena de cadena perpetua si es condenado por asesinato premeditado, como pide la Fiscalía. En su defensa, el atleta sudafricano conocido como Blade Runner, manifestó que disparó a través de la puerta del lavabo al estar convencido de que en el interior se había escondido “un intruso” y que quería protegerse él y a su novia de un posible ataque.

En los días anteriores, el abogado de la defensa, Barry Roux, ha estado intentado desacreditar los testimonios de los vecinos llamados a declarar cuestionando que pudieran escuchar con la claridad que relataron los gritos de una mujer y los disparos con lo que supuestamente acabaron con la vida de Steenkamp. Según su línea argumental, los vecinos en realidad oyeron a Pistorius pedir ayuda y los golpes del bate de críquet para derribar la puerta y auxiliar a la chica.

Roux avanzó que traerá a juicio las pruebas de sonido que demuestran que cuando Pistorius está nervioso y estresado “grita como una mujer”, por lo que argumenta que la voz de auxilio no sería de la chica, sino del hombre después de darse cuenta de que había matado a su novia.

Sin embargo, los testigos se han mantenido en sus declaraciones, a pesar de que han demostrado algunas lagunas de memoria o han asegurado, por ejemplo, escuchar “cinco o seis tiros”, cuando solo se dispararon cuatro. Además, el abogado Roux denunció que un matrimonio “fabricó” su testimonio para “inculpar a Oscar” tras conocer la versión policial publicada por los medios de comunicación. Pero en lo que todos han coincidido es en describir la secuencia de fuertes gritos de una mujer, los tiros y un hombre pidiendo ayuda.

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