“Los ciudadanos son pulgas frente a las empresas”
Durante más de 20 años defendió a más de 3.000 personas intoxicadas por el aceite de colza
Es una mujer de pelo blanco desde hace más de 30 años. Ella misma se define así en su libro de memorias, Mirada de mujer, que empezó a escribir en 1998 tras la muerte de su hijo “para escapar a la angustia”. Y así continúa, contenta con sus canas a sus 70 años, inconfundible entre los clientes de la cafetería donde ha citado a la periodista.
Hace poco más de un mes Paquita Sauquillo dejó la presidencia del Consejo de Consumidores y Usuarios (CCU) —órgano consultivo del Gobierno que representa a las principales asociaciones de consumidores españolas—, pero no para en casa. “Los grandes elefantes del mercado pueden pagar a grandes defensores. Los ciudadanos no, son pulgas al lado de las grandes empresas. Hay que seguir luchando”, dice.
No es Sauquillo una mujer que se haya rendido nunca ante un elefante. Durante más de 20 años defendió a más de 3.000 personas intoxicadas por el aceite de colza, que lograron una sentencia que ha sentado jurisprudencia sobre delitos contra la salud pública. “No solo eso. Aquel caso impulsó leyes que han mejorado la seguridad alimentaria de los consumidores”, recuerda. Y antes, en los años setenta, representó a miles de vecinos del distrito madrileño de Vallecas de la estafa inmobiliaria conocida como caso Vilda, que también sentó jurisprudencia. Son solo dos ejemplos de las decenas de batallas que ha librado a lo largo de su vida. Ha sido sindicalista, parlamentaria en la Asamblea de Madrid por el PSOE, eurodiputada y fundadora de la ONG Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, que sigue presidiendo.
“Soy una persona optimista. Me ha tocado sufrir varias desgracias, como la muerte de mi hermano [uno de los abogados asesinados en la matanza de Atocha], la de mi hijo y la de mi marido. Pero nunca me he quedado a llorar en casa”, asegura. No obstante, confiesa que se siente un poco frustrada al dejar después de casi ocho años la presidencia del CCU. “Empecé con mucha ilusión, creí que podríamos arreglar muchas cosas. Pero con los medios que tiene el CCU, te encuentras impotente ante la cantidad de quejas de ciudadanos que no puedes solucionar”. Un ejemplo: “Al llegar me encontré con una de las mayores estafas financieras destapadas en España, la de Forum y Afinsa, con miles de afectados que todavía no han recuperado sus ahorros. Y ahora me voy con otra estafa financiera, la de las preferentes, con otros miles de afectados que también han perdido sus ahorros”, recuerda.
Pese a todo, cree que no hay que dejarse llevar por la impotencia. “El movimiento de defensa de los consumidores es muy débil porque falta confianza en las instituciones, mucha gente piensa que no merece la pena reclamar porque no va a conseguir nada. Pero cuando pierdes la confianza, abandonas la reivindicación de tus derechos. Y si no los reivindicas, los pierdes”, lamenta.
¿Y cuáles son en este momento los peores elefantes? “Las empresas de telecomunicaciones, las eléctricas y los bancos”, dice sin dudar. “Hay que asociarse para poder enfrentarse a estos gigantes. No solo para reclamar cuando se sufre un abuso, sino para impedir que se cometan abusos”. Lo dice la persona que en 1965 fundó la primera asociación de vecinos de España, en el barrio de Vallecas. “Eran otros tiempos en Madrid. Necesitamos una nueva movida”.
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