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Los docentes baleares planean la objeción al trilingüismo desde los centros

Los profesores vuelven a clase pero mantienen el pulso después de tres semanas de huelga

Protesta ante el Parlamento balear, en Palma de Mallorca, el pasado 1 de octubre.
Protesta ante el Parlamento balear, en Palma de Mallorca, el pasado 1 de octubre.EFE

El curso escolar en Baleares, en infantil, primaria y secundaria comenzó formalmente el pasado 13 de septiembre, pero hasta este lunes, 7 de octubre, las clases no se podrán iniciar con relativa normalidad en la mayoría de los 416 centros educativos, con más de 170.000 alumnos no universitarios en el sistema público, concertado y privado.

La escuela balear ha protagonizado a lo largo de 15 jornadas, en tres semanas, una insólita huelga indefinida de docentes que bloqueó la actividad en los centros y sus aulas. La acción de protesta, en defensa de la escuela pública, se dirigió contra el Gobierno balear, del PP, porque quiere dar un vuelco al modelo educativo tradicional, implantando, a tercios, las clases en inglés, castellano y catalán, el llamado TIL (Tratamiento Integrado de Lenguas).

La huelga suscitó una malla de solidaridad social en cada pueblo y barriada expresada en numerosas concentraciones de la dicha marea verde. Una prueba de la simpatía generada por los docentes es la movilización, el 29 de septiembre, de 100.000 personas en las cuatro islas baleares, con 1,1 millones de población. La caja de resistencia de los profesores en huelga supera los 400.000 euros de donativos y ayudas en conciertos (con 5.000 personas), más la futura venta en subasta de unos grabados de Joan Miró y Miquel Barceló.

El paro laboral social quedó “en suspenso” por parte de sus actores, el pasado viernes, pero sigue en la recámara. La huelga está convocada oficialmente hasta final del trimestre. Este lunes se reúne de nuevo el comité sindicatos-Gobierno que en siete sesiones maratonianas no cerró ningún acuerdo.

Los profesores anuncian que mantendrán una estrategia de desafío al Gobierno, que mantiene sus “líneas rojas” en la introducción del inglés como lengua de la enseñanza en el segundo ciclo de infantil, en tres cursos alternos de primaria y en el primer curso de secundaria.

El plan es progresivo, a implantar en todos los ciclos y en todos los cursos en cinco años. Ahora afecta a más de 36.000 alumnos. Educación solo ha cedido a los huelguistas que en secundaria cada centro decida si aplica el TIL este curso o espera. Los sindicatos reclamaron referendo para todos los niveles en cada centro.

"La vuelta a los centros implicará hacer todo lo posible para que el TIL no se implante". Así, con este titular, hablaron en domingo los representantes sindicales del comité de huelga. "No significa, en ningún caso, el final de la lucha, sino el inicio de otra batalla en otro plano y con otra estrategia". El comité se plantó ante la sede del Parlamento balear en Palma, con el apoyo de asociaciones de padres, de colectivos de directores de centros e institutos. En paralelo, una treintena de personas, se concentraron en el centro de la ciudad a favor del TIL y de la enseñanza “multilingüe”.

Los sindicalistas organizaron la huelga que se transformó en un pulso al Gobierno. Ahora anuncian otro reto desde los centros y recaban la ayuda los consejos escolares. El objetar las directrices de Educación, cuestionar el modelo del TIL y acogerse al proyecto propio del consejo de centro, fueron las razones esgrimidas por el Gobierno para la expulsión y sanción salarial —a finales de julio— de tres directores de instituto de Mahón, Menorca. Los tres han retornado al claustro, sin cargo y con el expediente abierto.

Los huelguistas advierten que imperará el "sentido común" y que las "decisiones serán bien documentadas". La observación es de Biel Caldentey del STEI (Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de las Islas), que compareció con Toni Baos de Comisiones Obreras y con Iñaki Aicart de la Asamblea de Docentes. Estas tres organizaciones convocaron la huelga a la que después se adhirieron UGT y ANPE.

Los profesores baleares, en alianza con más de 200 asociaciones de padres y madres de alumnos y una parte de la sociedad civil, aseguran que han actuado en defensa de la escuela pública y contra la imposición no pactada con la comunidad educativa del trilingüismo.

Los docentes decidieron "congelar" la huelga a pesar de que no han logrado sus objetivos de parar o derogar la aplicación de actual TIL. Esperan, ahora, que en cada centro, los consejos abiertos, avalen el proyecto lingüístico tradicional, bilingüe, castellano/catalán, al cincuenta por ciento, o, bien, modulen los programas, asignaturas y horarios.

Entre 1.000 y 2.000 huelguistas se han movilizado cada día, de una plantilla de 10.400 profesores en la escuela pública, según los datos que ofreció el Gobierno. Los sindicatos elevan hasta 9.000 los profesionales implicados en su movimiento reivindicativo. Cada día de huelga para un docente supone un recorte de 100 euros de su nómina.

En la mayoría de los más de 60 institutos baleares y en la red de centros de primaria, no ha habido la actividad académica habitual por ausencia significativa de profesores. El Gobierno emplazó a los no huelguistas a dar clases; después pidió que se hicieran listas de alumnos ausentes y, además, advirtió que el curso 2013-2104 puede prolongarse hasta finales de junio.

“Dimos un paso atrás”, afirmó la consejera portavoz del Gobierno balear, Nuria Riera. “Ahora esperemos que [los profesores] den un paso adelante para acercarse al Gobierno y a lo que quieren los ciudadanos”. El presidente balear, José Ramón Bauzá, líder del PP balear, es el adalid de la reforma para desactivar lo que denomina “imposición de la inmersión lingüística” en aras de la "libertad de elección de lengua", para que "el catalán deje de ser el eje vertebrador del sistema".

La inmersión es una expresión que no figura en ninguna norma ni ley de educación balear. Las iniciativas anteriores del Gobierno Bauzá para que los padres eligieran la lengua de la primera enseñanza, e intentar diluir el peso de la lengua catalana, no cuajaron porque el 80% de los padres optaron por el catalán, lengua cooficial de Baleares, que el Estatuto de Autonomía denomina "propia".

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