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Nueva York crea una red de tribunales para la prostitución

Surgen tras percibirse que las personas explotadas acababan siendo víctimas del sistema judicial

La prostitución es, en la mayoría de los casos, fruto de la coerción más que una elección personal. Para echar una mano por la vía judicial a las mujeres y hombres atrapados en las redes criminales, se crea en Nueva York un sistema integrado por tribunales que se centrarán en exclusiva en esta forma de esclavitud moderna. Los primeros empezarán a operar a mediados de octubre.

Al frente de la iniciativa está el juez Jonathan Lippman. Estos tribunales destinados a ayudar a las personas a abandonar el negocio ilícito del sexo serán conocidos como los Human Trafficking Intervention Courts. En la ciudad de Nueva York habrá cinco operando. La red cubrirá todo el Estado, con 11 en total, y será la primera de este tipo en el país. Busca evitar tratar a estas personas como criminales y castigarlas con penas de prisión.

Este sistema de tribunales específicos tiene su origen en un programa piloto desarrollado durante varios años en Manhattan, Queens y en Long Island. Lippman explicó que se dieron cuenta que la mayoría de personas adultas y menores procesados por delitos de prostitución en realidad estaban siendo “comercialmente explotados” o estaban a riesgo de ello. Es más, señala que eran también víctimas del propio sistema judicial.

“El tráfico de seres humanos es un crimen que causa un daño terrible en los miembros más vulnerables de la sociedad: víctimas de abusos, pobres, niños, inmigrantes”, dijo el juez en la presentación pública de la nueva red de tribunales. Ahora se espera que la iniciativa sirva de modelo para el resto de EE UU, como pasó con la prohibición de fumar en bares y restaurantes o las medidas adoptas contra el consumo excesivo de grasas.

Lippman explicó que estos tribunales para ayudar a las víctimas de la prostitución siguen el mismo modelo que los juzgados contra la violencia de género. El personal que llevará los procesos estará formado para lidiar con estos casos. Explicó que en lugar de mandar a estas personas automáticamente a la cárcel, se quiere entender las razones que les llevaron en primer lugar a cobrar por el sexo y ofrecerles ayuda para evitar que vuelvan a la calle.

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