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El arquitecto del Walkie Talkie no se dio cuenta de que se iba a recalentar tanto

Rafael Viñoly sabía que el edificio podría reflejar los rayos del sol, pero no pensó que iba a concentrar tanto calor

El Walkie Talkie, en el distrito financiero londinense.
El Walkie Talkie, en el distrito financiero londinense.F. ARRIZABALGA

El arquitecto del edificio Walkie Talkie en Londres, el uruguayo Rafael Viñoly, ha admitido que predijo que podría reflejar los rayos del sol en la calle, pero dice que no se dio cuenta de que iba a concentrar tanto calor

De visita en Londres esta semana, Viñoly ha aclarado que el diseño original del edificio comprendía unas lamas solares horizontales en la fachada orientada al sur, pero se cree que se eliminaron en el proceso de recorte de gastos mientras se desarrollaba el proyecto. "Hemos cometido un montón de errores y nos encargaremos de solucionarlos".

El edificio de 37 plantas ubicado en Fenchurch Street, en el distrito financiero de la capital, tiene una forma peculiar —se ensancha a medida que aumenta la altura— que le ha valido el apodo de Walkie Talkie.

SIn embargo, esta semana ha sido renombrado Walkie Scorchie (en español sería algo así como Walkie Abrasador) cuando se descubrió que su forma cóncava canalizaba la luz del sol y la convertía en un rayo reconcentrado sobre Eastcheap capaz de chamuscar alfombras, levantar la pintura e incluso fundir piezas de la carrocería de un coche. Un café que se encuentra en el foco de su resplandor hasta logró tostar una baguette y freír un huevo fuera de la tienda. 

"Sabía que esto iba a pasar", ha declarado Viñoly al diario británico The Guardian, "pero nos faltaron las herramientas o el software que se podría haber utilizado para analizar el problema con precisión".

El arquitecto explica que cuando identificaron el fallo en un segundo análisis del diseño, consideraron que la temperatura iba a rondar los 36 grados. "Pero ha llegado a superar los 72 grados. Lo están llamando "el rayo de la muerte", porque si vas ahí, puedes morir. Es algo espectacular."

Para absorber los rayos reconcentrados, se ha construido una estructura de andamios de dos niveles, mientras que se ha prohibido aparcar en tres plazas de aparcamiento. Los promotores del edificio, Land Securities and Canary Wharf group, han dicho que continúan evaluando soluciones a largo plazo. 

El arquitecto ya tiene un historial de diseñar edificios que arden. Su hotel de Vdara en Las Vegas, con una forma cóncava similar, reconcentraba tanta luz del sol en la piscina de la terraza que derretía las tumbonas y chamuscaba el pelo de los huéspedes. En ese caso de 2010, el cristal fue recubierto con una capa no reflectante.

"Eso fue un problema totalmente diferente", ha dicho Viñoly, que insiste en que estaba siguiendo un plan de diseño que especificada torres en forma de arco. "También advertimos que eso podría ser un, pero a quién le importa si fríes a alguien en Las Vegas, ¿no?"

Defensores del medio ambiente han comentado que esos edificios de "rayos mortales" podrían ser aprovechados como una fuente poderosa de energía. Dicen que ese efecto magnificador demuestra los principios de la tecnología de torres de energía solar. Estas plantas de energía, habituales en España y en algunas partes de Estados Unidos, emplean un campo radial de espejos parabólicos para canalizar los rayos del sol hacia un foco central en lo alto de una torre, donde el calor se almacena y se convierte en energía.

Viñoly dice que él ha diseñado un edificio similar en China, con una fachada en forma de bol, que está específicamente diseñado para concentrar la luz solar en un receptor de energía en un obelisco. Pero no se ha construido.

En Londres, ha declarado que este asunto era el resultado del proceso de desarrollo en Reino Unido, en el que a menudo se ignora al arquitecto. "Un problema de esta ciudad es la increíble abundancia de consultoras y subconsultoras que diluyen la responsabilidad del diseñador, hasta el punto en el que ya no sabes dónde estás".

Los promotores del Walkie Talkie han atribuido el incidente a "la elevación actual del sol en el cielo". Viñoly parece inclinarse también por esta postura. "Cuando vine por primera vez a Londres hace años, no era así", ha dicho, "ahora hay un montón de días soleados, así que deberíamos culpar de esto al calentamiento global, ¿no?".

© Copyright The Guardian 2013

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