Un juez de Ohio respalda que una niña amish no se someta a quimioterapia
El magistrado niega la custodia a un hospital que pretendía forzar el tratamiento y sentencia que los padres saben cuidarla
Un juez del Tribunal de Medina County (Ohio) ha impedido que el hospital Akron Children obtenga la custodia de Sarah Hershberg, la niña amish de 10 años cuyos padres han rechazado un tratamiento de quimioterapia "para evitar sufrimiento". El magistrado John Lohn asegura en su sentencia que "si el hospital contara con la guardia y custodia de la menor interferiría con los derechos naturales de los padres y Sarah desea que sean ellos quienes la cuiden". Además, añade: "No es seguro que la quimioterapia cure a la niña y si se trata, vivirá con dolor y sufrimiento. Sus padres tienen el derecho de tomar las decisiones médicas que crean pertinentes, un derecho que defiende la Constitución de Estados Unidos".
El centro médico solicitó la custodia de la menor, enferma de cáncer, después de que, tras un mes y medio de tratamiento, Andy y Anna Hershberg, los padres de la pequeña, renunciaran al tratamiento. Según explicó el diario local The Medina Gazette, Sarah padece un linfoma linfoblástico, y sus padres acudieron al centro médico Akron Children para tratar los tumores malignos en riñón, cuello y pecho. En un primer momento, aprobaron el tratamiento de quimioterapia de dos años, pero tras las súplicas de su hija, los progenitores decidieron interrumpirlo e informaron a los médicos de su intención de seguir tratándola con medicina natural y vitaminas. A pesar de que el tumor había disminuido, no se había erradicado totalmente.
Los padres de la pequeña también sostuvieron que su fe cristiana es "superior a la medicina moderna", por lo que eligieron un método más natural, según explica la televisión local WKYC. Los médicos aseguran que sin el tratamiento la esperanza de vida de la niña es de un año. Los efectos más comunes de la quimioterapia son, entre otros, las náuseas, el daño de órganos y la esterilidad. Pese a estas consecuencias, lo más importante para los médicos era que el tratamiento en este caso significaría vivir o morir, según informó The Washington Post.
El hospital demandó en julio a los padres y solicitó la guardia y custodia de la niña. El juez rechazó entonces la demanda tras alegar que “un tribunal no puede arrebatar a unos padres el derecho a decidir sobre la salud de su hija y que no existía ninguna prueba que demostrase que eran incapaces de hacerlo”, según explicó el magistrado John Lohn en su sentencia. “Los padres son cariñosos, atentos, protectores y se preocupan por su hija. Sarah les pidió abandonar el tratamiento y ellos no podían ver cómo su hija sufría”, añadió el juez en su resolución del 31 de julio.
Tras esta decisión inicial del magistrado, una orden judicial posterior obligó a los padres a llevar a la niña al hospital a mediados de agosto para tratarse hasta que el caso se resolviera. Los padres solo han acudido una vez desde entonces. El centro apeló la decisión y la Corte aceptó revisar el caso, pero finalmente los padres han ganado. La abogada del hospital, Maria Schimer, explicaba en una carta entregada al tribunal que “la decisión de los padres de Sarah llevará a la niña a morir. Cada día que pasa sin tratamiento, sus esperanzas de supervivencia se apagan”. “Además, el abandono de tratamiento es algo inmoral. Estamos luchando por lo que creemos que es mejor para la niña: su supervivencia”, alegó el jefe médico del hospital, Robert McGregor, al mismo diario.
La mayoría de los amish no usan la electricidad; no utilizan la tecnología ni los coches, y suelen resolver sus problemas dentro de la comunidad y para curar enfermedades suelen optar por métodos naturales. La ortodoxia amish se define como cristiana y, aunque tiene sus raíces en la Europa del siglo XVII, la mayoría de sus 250.000 integrantes vive en EE. UU. En la actualidad existe una docena de grupos en el Condado de Holmes en Ohio, una de las comunidades más numerosas del país.
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