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“El tejido industrial no puede cubrir la inversión en ciencia”

El investigador José Manuel Fernández teme que las becas doctorales bajen un 20% este nuevo curso.

Elisa Silió
El investigador José Manuel Fernández.
El investigador José Manuel Fernández.Cristóbal Manuel

En la Federación de Jóvenes Investigadores temen que las becas doctorales —las llamadas FPU, concedidas por el Ministerio de Educación para el personal universitario, y las FPI, por el de Economía, para los científicos— sufran en la próxima convocatoria un recorte del 15% al 20% de unas plazas que rondaban las 1.000 anuales. “No lo sabemos seguro, pero es lo que han dejado entrever en las reuniones que hemos tenido en la Secretaría de Estado”, se lamenta José Manuel Fernández, de 35 años, doctor en Química Agrícola.

“Por la nueva Ley de Ciencia dejan de ser becas de estudio pasa ser de trabajo, algo que se ha luchado durante mucho tiempo”, explica el investigador. “Eso significa tener que pagar cuatro años de Seguridad Social y eso encarece cada beca —de 1.100 euros mensuales— y no están dispuestos a gastar más”.

“Estamos regalando fuera lo invertido en formación de científicos”

Fernández trabajó en la Universidad de Pensilvania y decidió volver a España en plena crisis con una beca posdoctoral en el CSIC que se termina en 15 meses. Su futuro es incierto, como las becas Ramón y Cajal y las Juan de la Cierva (para antes y después del doctorado). En 2012 se concedieron 150 menos que el año anterior. “La ciencia no es como una carretera, que puedes dejar de construir y volver. Por cada año que nos detengamos se van a necesitar cinco o seis de esfuerzo para volver a ese punto”. La ley permite la reposición del 10% del personal que se jubila, pero de hecho, dice, “no se está cumpliendo y no solo se pierde personal sino líneas de investigación”.

“El futuro está muy limitado. Todos los compañeros que terminan las cajales se marchan a Estados Unidos, Inglaterra, Australia... Y enseguida encuentran trabajo porque están muy preparados. Estamos regalando lo que se ha invertido. El Estado gasta mucho dinero en nosotros, para que al final nos vayamos y compitamos por conseguir fondos europeos para otro país”, explica decepcionado uno de los promotores del Manifiesto por la Investigación. “Volver a generar masa critica formada capaz de crear equipos de investigación es cuestión de años. ¿Vas a decirle a un científico a los 50 que se vuelva para cobrar dos duros?”.

“Nos tememos que las becas de doctorado puedan bajar un 20%”

Fernández lamenta que se tenga una visión “cortoplacista” de la ciencia, “con una rentabilidad cuantificable”. “Se quieren patentes para ya y la ciencia no funciona así. Para que haya aplicaciones tiene que haber antes una ciencia básica. Hoy existen GPS porque Einstein descubrió la teoría de la relatividad”.

“El discurso del Gobierno es decir que parte del presupuesto en ciencia lo debe de cubrir la inversión privada. Pero no tenemos en España un tejido industrial preparado para asumir ese reto. Es un sueño que no lleva a nada”, razona. El presupuesto de ciencia ha perdido 1.400 millones de euros (31%) entre 2009 y 2012, según la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce). Esas cifras, sostiene Fernández, explican que en junio se celebrara la “manifestación de científicos más grande de la historia”. Más que los medios, este licenciado en Ambientales envidia de EE UU “la importancia y el interés que tiene para el Gobierno la política científica”, pues son conscientes de que “no se puede invertir en ciencia cuando acabe la crisis, sino que se necesita ahora pasa salir de ella”.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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