“Sabemos que estuvieron atadas”
La policía halla cadenas en la casa en la que estuvieron secuestradas Berry, DeJesus y Knight “Pido intimidad para mi hermana y mi sobrina”, dice la familia de una de las víctimas
Amanda Berry y Gina DeJesus, dos de las jóvenes que hasta el pasado lunes permanecieron secuestradas durante 10 años en una casa de un barrio paupérrimo de Cleveland (EE UU), ha regresado hoy a sus respectivos hogares, muy cerca de la casa en la que estuvieron cautivas. Pidieron respeto a su intimidad —“pido intimidad para mi hermana y mi sobrina”, dijo Beth Berry—, tiempo para recuperarse de un duro cautiverio. Les llevará tiempo. La policía ha informado de que en esa vivienda en la que estuvieron encerradas han hallado material para tenerlas amarradas. “Tenemos confirmación de que estuvieron atadas, había cadenas y cuerdas en la casa”, ha asegurado el jefe de policía de Cleveland, Michael McGrath, a la cadena de televisión NBC. Las rehenes solo podían salir “de vez en cuando” al patio trasero de la vivienda. Hoy, mientras vivían su primer día fuera de esa cárcel, sus captores, los hermanos Ariel, Pedro y Oneil Castro, prestaban declaración ante los agentes del FBI, a la espera de que el juez decidiera de qué les acusa.
La fachada de las residencias de Berry y DeJesus, llenas de globos, peluches y carteles de bienvenida, contrastaba con la casa del 2207 de la Avenida Seymour, en la que entraron ambas de adolescentes hasta convertirse en mujeres encerradas junto a Michelle Knight los últimos 10 años. La vivienda estaba rodeada por una cinta policial y cerrada al paso por las autoridades. En las últimas horas, los agentes del FBI se han incautado, entre otras cosas, de la camioneta roja y el sedán oscuro, propiedad de Castro, y de la puerta que rompieron a patadas sus vecinos para que las jóvenes pudieran escapar. La bandera de Estados Unidos que ondeaba sobre el porche ha sido arriada. Las autoridades han confirmado que en la vivienda no se han hallado restos humanos.
Los tres hermanos Castro están colaborando con la investigación, desvelando los detalles de cómo secuestraron y mantuvieron prisioneras durante 10 años a las tres jóvenes, según la cadena NBC. El FBI investiga ahora una posible conexión entre el secuestro de Berry, DeJesus y Knight y la desaparición de Ashley Summers de la que se perdió la pista en 2007. Durante mucho tiempo, el caso de Summers se relacionó con los de Berry y DeJesus, ha indicado un portavoz del FBI a The Cleveland Plain Dealer. La tía de DeJesus ha pedido frente a la casa de su sobrina la liberación de Summers.
Muchas de las preguntas que el FBI está formulando a los hermanos Castro son las que también se hacen muchos de sus vecinos y, en especial, su propia familia. María Castro, prima de Ariel, Pedro y Oneil, se mostraba desolada y avergonzada por la atrocidad perpetrada por sus parientes. Los Castro, una familia de 20 hermanos repartida entre Estados Unidos y Puerto Rico, son muy conocidos y apreciados en el barrio. “Yo me he criado en esta calle. Esta comunidad es muy fuerte y lo que han hecho mis primos no tiene nada que ver con los valores que nosotros defendemos”, ha asegurado en español.
La prima de los captores de las jóvenes ha ofrecido su apoyo a sus familias; ella es amiga de la madre de DeJesus. “Ellas son lo primero, necesitan su privacidad y su tiempo”. Unas palabras muy similares a las que ha pronunciado, a 10 minutos en coche de donde se encontraba Castro, la hermana de Berry, Beth Serrano, y la tía de DeJesus, Sandra Ruiz: “Pedimos comprensión y respeto. En cuanto estemos listos hablaremos”.
Desde que el lunes recuperaran la libertad, Berry y DeJesus han permanecido junto a sus familiares en paradero desconocido. Knight está en buen estado de salud en un hospital. Hoy, Berry ha regresado a su hogar, que no pisaba desde que desapareciera el 21 de abril de 2003. Ha entrado acompañada de la niña de seis años que también fue hallada en la casa de la que fueron rescatadas y que algunos medios han identificado como Jocelyn.
DeJesus ha vuelto a su casa horas más tarde; precisamente, se dirigía hacia allí cuando bajó del autobús el 2 de abril de 2004 procedente de la escuela. Su familia no supo nada más de ella hasta este lunes, aunque nunca dejó de buscar. Un dedo levantado a través de la ventanilla ha sido el único gesto de DeJesus para asegurar a la multitud que se agolpaba en su calle que se encontraba bien.
Al alivio y la alegría por la liberación de las tres jóvenes se sumaron en las últimas horas a las dudas y la indignación por la actuación policial durante la búsqueda de Berry, DeJesus y Knight, y sobre la reacción de quien respondió a la llamada de auxilio de Berry el pasado lunes por la tarde.
La forma abrupta de colgar el teléfono por el miembro del 911 provocó en la tarde del martes infinidad de comentarios airados en las redes sociales y la creación de una página en Facebook que pide su despido. La Policía de Cleveland ha asegurado que va a investigar si se cumplieron todos los protocolos en la respuesta a la llamada que permitió la liberación de las tres jóvenes.
Varios vecinos de Castro criticaron el martes a algunos medios de comunicación por lo que consideran cierta negligencia policial a la hora de atender denuncias que varios vecinos realizaron en los años pasados advirtiendo de que habían visto a una menor desnuda y gateando en el patio trasero de la casa de Castro. “Nunca se tomaron en serio mis llamadas”, llegaron a decir Elsie Citron e Israel Lugo a varias cadenas de televisión.
El director de Seguridad Pública de Cleveland, Martin Flask, ha asegurado que la Policía nunca recibió ninguna información que indicara que estuviera pasando algo anormal en la casa de la calle Seymour. Hoy, los vecinos han reconocido que nunca alertaron a las autoridades de lo que creyeron haber visto en la casa de Castro.
“El verdadero héroe soy yo”
A primera hora del miércoles, Ángel Cordero observaba cómo una limusina acudía a recoger a Charles Ramsey para su ronda televisiva de entrevistas. Ramsey se ha convertido en un héroe nacional tras dar a conocer su relato de cómo rescató a Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight de la casa de su vecino en la que habían permanecido cautivas durante 10 años. Desde entonces, Ramsey tiene un representante, McDonalds le patrocina gracias a la publicidad que le ha hecho a la cadena al comentar que se estaba comiendo una de sus hamburguesas cuando oyó los gritos de Berry. Cordero, sin embargo, deberá regresar el lunes a conducir su camión.
Muy probablemente, si Cordero, que nació hace 32 años en la República Dominicana, hablara inglés de manera más fluida, habría sido él quien se hubiera subido en esa limusina. Porque fue Cordero y no Ramsey quien primero acudió a socorrer a Berry, y fue Cordero, y no Ramsey, el que tiró abajo la puerta que mantenía encerradas a las tres jóvenes. La gloria de la que ahora goza Ramsey esquivó a Cordero, por el hecho de que éste no pudiera contar lo que pasó a los medios estadounidenses.
Cordero, sin embargo, no contempla esta carambola lingüística del destino como una injusticia. “Yo hice lo que tenía que hacer y cuando Berry salga ella dirá realmente quién fue la que la rescató de allí”, contó a EL PAÍS.
El lunes a las seis de la tarde, su vecina, la señora Aurora Martí, corrió a advertirle de que había una chica chillando en la casa de enfrente. “Crucé y vi a Berry gritando y aporreando la puerta”, explicó Cordero. “Le pregunté que si se había incendiando algo en la vivienda y me contestó que no, que llevaba secuestrada 10 años”. Entonces, según la versión del joven, trató de abrir la puerta. “No pude porque estaba enganchada con una cadena, así que empecé a darle patadas a la parte de abajo, hasta que se rompió”, indicó.
Berry salió como un rayo de la casa que había sido su cárcel durante una década. “Le dije que corriera no fuera a ser que regresara Castro y nos pasara algo”, relató Cordero. “Entonces ella volvió a entrar a por la niña”. Cordero describe a Berry como una persona muy nerviosa, con el pelo revuelto y la cara demacrada.
¿En qué momento aparece Ramsey en esta historia? Cordero explicó que cuando Berry contó que había otras dos chicas más encerradas en la casa, Martí llamó a Ramsey para pedir ayuda. “Él hizo el amago de entrar para sacarlas, pero luego se arrepintió”, indica Cordero. “Y sí, llamó al 911, pero mucho después de que lo hiciera Berry”. Otra vecina, Altagracia Martí, fue quien le proporcionó el teléfono a la joven.
“Si llaman héroe a quien rompió la puerta, pues ese soy yo”, reconoció con una media sonrisa. “Si el moreno se quiere hacer el héroe, ese es su problema”.
Cordero lleva 13 años residiendo en Cleveland. Vive enfrente de la casa de Castro, cuya puerta ayudó a destrozar. En todo este tiempo, el joven nunca sospechó que entre sus paredes su vecino tuviera encerradas a tres jóvenes. Tras ayudarlas a recuperar su libertad, Cordero solo siente felicidad. “Me siento muy bien y muy contento de que sus familias y ellas puedan por fin rehacer sus vidas”.
Los curiosos que escuchan el relato de Cordero y saben español no salen de su asombro. Los que solo hablan inglés siguen creyendo que el héroe del rescate es el hombre cuya valentía alabaron todos los medios.
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