La nave ‘Cassini’ fotografía un huracán gigantesco en Saturno
El ojo es 20 veces mayor que en los ciclones tropicales terrestres y los vientos alcanzan 150 metros por segundo
La nave espacial Cassini, en órbita de Saturno desde 2004, ha captado la primera imagen de cerca, en luz visible y con alta resolución de un huracán gigantesco localizado en las proximidades del polo Norte del planeta de los anillos. El ojo, de unos 2.000 kilómetros de diámetro, es 20 veces mayor que el ojo de huracán medio en la Tierra, y los vientos alcanzan allí los 150 metros por segundo. Los científicos encuentran similitudes entre esos fenómenos, pero también diferencias.
El vórtice del ciclón llamó la atención de los investigadores “por su gran parecido a un huracán terrestre”, señala el veterano y prestigioso científico Andrew Ingersoll, profesor de Caltech e investigador de la misión Cassini, de la NASA y la Agencia Europea del Espacio (ESA). “Pero está allí, en Saturno, a una escala mucho mayor y se las está arreglando con la poca cantidad de vapor de agua que hay en la atmósfera de hidrógeno de ese planeta”. En la Tierra, los ciclones se alimentan del agua caliente del océano.
Entre los rasgos parecidos entre ambos fenómenos, el terrestre y el no terrestre, los científicos destacan la presencia de un ojo del huracán central, sin nubes o con muy pocas, mientras que estas forman un muro rotando alrededor del ojo. Entre las diferencias, además del tamaño, destaca el hecho de que el de Saturno no se desplaza, señala la NASA en un comunicado, mientras que los ciclones tropicales terrestres tienden a moverse. El huracán de Saturno está allí fijo, en el polo Norte, tal vez porque en una posición tan septentrional no tiene adónde ir, señala Kunio Sayanagi, también especialista de la misión.
Los científicos creen que el huracán está allí desde hace años, aunque no lo pudieron ver cuando la sonda Cassini llegó al planeta de los anillos, en 2004, ya que su polo Norte estaba oscuro en aquella época, en pleno invierno polar septentrional. La cámara infrarroja sí que captó la presencia de ese gigantesco vórtice, que empezó a ser observable en luz visible a partir de 2009. Para fotografiarlo la Cassini ha tenido que cambiar su órbita ganando inclinación de la misma, ya que desde su recorrido ecuatorial habitual no tiene a la vista las regiones más septentrionales del planeta, explica la NASA.
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