Esperando la nómina, llegó el Gordo
La suerte alcanzó a los trabajadores de una empresa en concurso de acreedores que llevaban cinco meses sin cobrar La fiesta se mezcla con protestas laborales
La plantilla de la empresa Cametal respira desde ayer algo más aliviada. Esta fábrica de Alcalá de Henares, dedicada a la carrocería de camiones, está en concurso de acreedores y sus empleados llevan cinco meses sin cobrar. Pero ayer la suerte se acordó de ellos. Como cada año se habían juntado para comprar la Lotería de Navidad. Esta vez les sorprendió con el Gordo.
Miguel fue uno de los 25 trabajadores de la empresa que se acercó hasta la administración en la que habían adquirido los décimos, en la calle de El Chorrillo de la localidad madrileña y punto elegido para las celebraciones. Fue una visita breve, acompañado de su mujer y sus hijos, e hizo declaraciones a los medios sin bajarse del coche. “Solo cogí un décimo. Tampoco había mucho dinero para más”, relataba. “Hemos comprado menos que otras Navidades porque la situación era muy precaria”, añadía.
Javier Gutiérrez, dueño de la administración, recordaba que les vendió 6.000 euros en lotería, lo que supone 300 décimos y un total de 120 millones. Prácticamente todos los empleados se habían hecho al menos con un boleto. El resto había sido repartido entre clientes, proveedores y otras empresas.
Cametal tiene unos 30 años y sus trabajadores siempre han comprado la lotería en el mismo lugar. Así lo contaba por teléfono un antiguo empleado, miembro de esa fábrica durante más de dos décadas. “Alguna vez nos tocó algún pellizco, pero poco”, señalaba, sin querer que dar su nombre. Pero nunca una cuantía tan importante. Él no llevaba ningún décimo del 76058 pero se mostraba muy contento por los que fueron sus compañeros, consciente de lo mal que lo están pasando.
La situación de muchas empresas de Alcalá es crítica. A Cametal se suma por ejemplo Roca. La multinacional va a cerrar una de las dos plantas que tiene en la ciudad, con 258 trabajadores. Ellos no han sido tan afortunados como los de Cametal, pero también quisieron pasarse por la administración de El Chorrillo. Aprovechando la multitud de medios concentrados, sobre las dos de la tarde se presentaron con camisetas y una pancarta en las que podían leerse mensajes contra su situación.
No fueron los únicos que acudieron a protestar. Durante toda la mañana, ocho empleados de Telemadrid posaron tras los premiados cuando eran entrevistados por las cadenas. En silencio, pero con la intención de que sus petos se vieran. En ellos se leía: “En defensa de la radiotelevisión pública”. “Nos ha tocado el 925”, clamaban entre medias, en referencia al número de despidos. Los afectados por el ERE habían previsto repartirse por todos los puntos de venta de la comunidad que repartiesen algún premio.
En un contexto de crisis y paro, al menos Miguel y sus compañeros hoy están algo más tranquilos. Los 400.000 euros que le corresponden a él le van a permitir un desahogo importante: “Podremos zanjar la hipoteca”.
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