_
_
_
_

El Gordo mexicano se vende a 'cachitos'

Los mexicanos suelen comprar la vigésima parte de una serie, que cuesta 5 euros. Además se considera que regalar este tipo de participación da suerte

Salvador Camarena

La Lotería mexicana tiene actualmente sorteos regulares martes, viernes y domingo. Además, organiza tres sorteos “magnos”, que son el 10 de mayo (cuando en México se celebra el día de la madre), el 15 de septiembre (noche del grito de Independencia) y el sorteo de Nochevieja, el 31 de diciembre. Pero el mayor sorteo es el de Navidad, mejor conocido como El Gordo, que este año entregará en total 298 millones de pesos (17,5 millones de euros). El premio mayor este año del Gordo es de 150 millones (8,8 millones de euros) en tres series y cada cachito cuesta 100 pesos (poco más de 5 euros).

Cada martes, viernes y domingo se sortean 60.000 números en este país que juega lotería desde 1771

Porque, a la hora de comprar lotería, nadie en México pide un vigésimo. Lo que uno solicita al expendedor, sea este un vendedor ambulante o uno en un local, es un “cachito”, o varios “cachitos”, o una serie, depende del bolsillo o la superstición del comprador. Pero cualquiera se anima a jugar de vez en cuando lotería comprando al menos un cachito, la vigésima parte de la serie que corresponde a los 60.000 números que cada martes, viernes y domingo se sortean en este país que juega lotería desde el año de 1771.

La Lotería Nacional para la Asistencia Pública es una institución que en México ha sobrevivido a guerras, dominios e invasiones, revoluciones, crisis y desprestigio. Albergada actualmente en un edificio de estilo art decó ubicado en el centro histórico de la capital mexicana, la lotería mantiene su tradición de “gritar” la suerte mediante una docena de niños y niñas que son los protagonistas de una ceremonia que comienza a las seis de la tarde de los días de sorteo, hora en que los ábacos con las bolitas con los 60 mil números que juegan son vaciados en una enorme esfera, mientras en otra son depositadas a su vez las bolitas correspondientes al número y cuantía de premios a rifar.

Comenzada la función, los tradicionales niños “gritones”, vestidos de gala en un uniforme que recuerda a los bellboy de los hoteles, gritarán cada número que se escapa de la esfera grande, y otro niño voceará el premio correspondiente, que surgirá a su vez de la otra.

El éxito de la lotería fue tal que luego se hizo un sorteo para obras públicas, con la que se terminó de construir el Alcázar de Chapultepec

La Lotería en este país data de tiempos de Carlos III de España. Nació formalmente el 7 de agosto de 1770 cuando se promulgó la Real Lotería General de la Nueva España, la primera de lo que es hoy América Latina. Sus reglas se dieron a conocer el 19 de septiembre y el primer sorteo fue el 13 de mayo de 1771. Diez años después nació su vocación de recolectora de fondos para la beneficencia pública.

El éxito de la lotería fue tal que luego se hizo una Lotería para obras públicas, con la que se terminó de construir, por ejemplo, el Alcázar de Chapultepec y se hicieron mejoras al santuario de la Virgen de Guadalupe. Y el juego de la lotería tuvo una etapa en que se usó para apoyar las artes, al punto de que la institución se incorporó a la Academia de Bellas Artes de San Carlos.

Fue también durante la guerra de la independencia, y en la revolución, un instrumento que se usó para financiar campañas, por lo que hubo periodos en que se forzaba a empleados y otros sectores a comprar billetes.

La lotería fue suspendida de 1915 a 1920 por el presidente Venustiano Carranza, y al renacer ya lo hizo incorporando en su nombre su vocación actual. Resurgió con la denominación de Lotería Nacional para la Beneficencia Pública, muy similar al que hoy tiene.

Los premios de la Lotería son gravados con un impuesto local, del cual el gobierno federal obtendrá un porcentaje. Aunque en promedio los estados imponen una tasa de 5% a los premios, hay entidades como Zacatecas que no cargan fiscalmente a los ganadores. Las ganancias de la Lotería, luego de sus gastos de operación y de dar la comisión de 10% a los vendedores, van a parar a las arcas de Hacienda. El año pasado, según informó a este diario Benjamín González Roaro, el director del organismo desde 2009, la Lotería aportó alrededor de 700 millones de pesos (41,4 millones de euros) al gobierno.

Aunque la tradición sobrevive, no ha sido inmune a crisis económicas. Durante 2009, cuando México se resintió de los efectos de la baja en la economía de Estados Unidos, se reportó una reducción de 3% en las ventas de billetes de lotería.

Y también hay testimonios de que la lotería ha sufrido baja en ventas por fraudes, como el cometido este año en Pronósticos Deportivos, otra entidad estatal de juegos (ajena a la Lotería) en la que hace poco se descubrió que varios empleados simularon ante las cámaras de televisión la realización de un sorteo Melate (en el que el jugador elige una combinación de números). Los empleados transmitieron luego por televisión el falso sorteo como si estuviera ocurriendo en directo y sus cómplices se presentarían luego a cobrar las combinaciones ganadoras, que no eran otras sino aquellas que habían surgido de la simulación.

Entre empleados formales y vendedores por comisión, la Lotería emplea a 40.000 personas, que salen todos los días a vender los cachitos o las series enteras.

La otra cosa que es tradicional es que si uno compra un entero, para tener más suerte debe regalar a los amigos algún cachito. Si no que le pregunten al exgobernador de Veracruz Fidel Herrera, que en diciembre 2007 “le pegó al Gordo” por segunda vez en su vida. La fórmula: al comprar, repartió cachitos, y al ganar, los premiados dieron una propina a la vendedora del afortunado billete.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_