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El robot ‘Curiosity’ sigue buscando compuestos orgánicos en Marte

La batería de instrumentos del laboratorio rodante identifica una química compleja en el suelo del planeta rojo

Dos muestreos del robot ‘Curiosity’ en el suelo de Marte.
Dos muestreos del robot ‘Curiosity’ en el suelo de Marte.NASA/JPL-Caltech/MSSS

Los científicos del robot Curiosity están muy satisfechos de cómo están funcionando los instrumentos de análisis del laboratorio rodante, pero todavía no tienen descubrimientos científicos sensacionales que anunciar.  “No tenemos una detección concluyente de material orgánico marciano, pero seguimos buscando en los diversos entornos del cráter Gale”, ha declarado Paul Mahaffy, investigador principal del aparato SAM, uno de los analizadores químicos avanzados del robot, al comentar los análisis de suelo en que se aprecian niveles de carbono y de cloro que podrían apuntar en esa dirección. John Grotzinger, el jefe científico de la misión, ha pedido paciencia: el Curiosity lleva cuatro meses en Marte y queda todavía mucha misión por delante, prevista para dos años de duración. Varios responsables de este laboratorio rodante han presentado los datos obtenidos en una conferencia de la Unión Americana de Geofísica, que se celebra en San Francisco (EE UU).

Ante un compuesto que pudiera ser orgánico, ha explicado Grotzinger, primero hay que comprobar que no sea de origen terrestre, es decir, debido a contaminación; segundo, hay que descartar que sea de origen cósmico, por ejemplo procedente de meteoritos o cometas; pero aunque fuera realmente marciano se abriría un abanico de posibilidades y no tendría por qué ser necesariamente biótico, es decir, relacionado con la vida. El objetivo principal del Curiosity es determinar si en Marte hay o pudo haber en el pasado condiciones aptas para la vida.

El robot lleva semanas rodando por el cráter Gale del planeta rojo y se ha detenido en algunos puntos para hacer análisis del suelo y las rocas. En un lugar bautizado Rocknest, un sitio relativamente plano con acumulación de polvo y arena arrastrada por el viento, la pequeña excavadora del robot ha tomado cinco muestras a unos centímetros de profundidad y las ha depositado en el equipo de análisis químico que mide los gases generados al calentarlas en un pequeño horno. Es la primera vez que se hace este tipo de experimentos en Marte, ha recalcado Mahaffy. El examen de los gases emitidos por las muestras desvela la composición de vapor de agua, dióxido de carbono, oxígeno y dióxido de azufre.

Gracias a las cámaras especiales del robot, los científicos pueden conocer los detalles del suelo excavado. “Es polvo fino, como harina y más oscuro bajo la superficie”, ha explicado Ken Edgett. “Hemos utilizando prácticamente todo el equipamiento científico en este punto y las sinergias de los instrumentos, así como la riqueza de los datos obtenidos son muy prometedoras de cara al principal objetivo de la misión, el monte Sharp [en el centro del cráter]”, afirma Grotzinger. Y de nuevo, paciencia: el Curiosity está aún a varios kilómetros de distancia del Sharp.

Los responsables de esta misión en Marte han resumido las actividades del robot en medio de gran expectación dados los rumores que circularon hace unos días en internet sobre un posible hallazgo sensacional del Curosity. La NASA misma ya desinfló la semana pasada, con un comunicado, el mar de ciberhabladurías: “Los rumores y especulaciones acerca de hay grandes descubrimientos en esta fase temprana de la misión son incorrectos”.

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