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El ‘Times’ supervisará los comentarios de una corresponsal en las redes sociales

Jodi Rudoren habló de la ‘indiferencia’ de las víctimas palestinas tras los ataques de Israel El rotativo ha recibido críticas que ponen en duda la imparcialidad de la periodista

Comentario de Jodi Rudoren que desató la polémica en su perfil personal de Facebook
Comentario de Jodi Rudoren que desató la polémica en su perfil personal de FacebookFacebook.com/rudoren

El diario The New York Times revisará los comentarios y reacciones que publique en las redes sociales su corresponsal jefe en Jerusalén, Jodi Rudoren. La periodista, que trabaja para el diario desde hace 14 años y se trasladó en mayo de 2012 a Israel, recibió duras críticas en los últimos días por sus publicaciones acerca del efecto de los ataques sobre Gaza entre la población palestina.

“Me sorprende que cuando hablo con personas que acaban de perder a un familiar, o que están recogiendo sus pertenencias de una casa bombardeada, parecen un poco indiferentes”, escribió Rudoren en su perfil personal en Facebook el pasado día 19. Para expresar la ‘indiferencia’ de las víctimas palestinas, escogió además el término coloquial ‘ho-hum’, empleado para referirse a la sensación de una persona aburrida y acostumbrada a una determinada rutina.

La defensora del lector del periódico, Margaret Sullivan, explicó en su blog en la edición digital del diario que tras estos comentarios se asignará un editor para supervisar los comentarios de la periodista en las redes sociales. Rudoren admitió en conversación telefónica con Sullivan que debería haber empleado otros términos como “constancia o resiliencia”. “La palabra que elegí era ridícula. No tuve suficiente cuidado”.

Pero ni Sullivan ni la periodista han aclarado otras de sus afirmaciones que también provocaron protestas entre sus seguidores en Facebook. “Los ciudadanos de Gaza tienen una profunda cultura de resistencia y aspiración al martirio, están acostumbrados a ello por otros conflictos y tienen unas vidas tan limitadas que muchos sentidos tienen menos que perder”, dijo Rudoren en una entrada publicada en su perfil personal, en el que se identifica como periodista del diario.

¿Dónde termina un comentario personal y empieza el personal?",  plantea la Defensora del lector

Rudoren y The New York Times han recibido duras críticas que ponen en duda la imparcialidad de la periodista a la hora de cubrir el conflicto entre Israel y Palestina. La defensora del lector explicó este miércoles que las palabras de Rudoren, quien afirmó que sus “primeras lágrimas en Gaza” llegaron al recibir una carta de un amigo israelí “resultaron insensibles y la reacción fue intensa entre expertos y lectores incrédulos”.

Lo comentarios de Rudoren son el último ejemplo en una larga lista de ocasiones en las que un periodista, al compartir opiniones personales o dejar que éstas maquillen la información que comparte con sus lectores, ha terminado por superar los límites de la imparcialidad exigidos por el medio para el que trabaja. La defensora del lector del Times, un diario con una larga tradición de iniciativas en las redes sociales, reconoce que “no puede prescindir de ese trabajo mientras el periódico lucha por sobrevivir en la era digital”.

Sullivan escribe también sobre el equilibrio que deben hacer los periodistas con la información que comparten en las redes sociales. ¿Dónde termina un comentario personal y empieza la reflexión de un profesional sobre la información en la que trabaja? El asunto está lejos de resolverse y en los últimos años ya ha causado reacciones que van desde la suspensión de la cuenta del periodista implicado o la interrupción de su trabajo por unas semanas, como ocurrió con el columnista del semanario del Times, Andrew Goldman, hasta la adoptada ahora por el Times.

“La idea es capitalizar la promesa de la colaboración con los lectores en las redes sociales sin exponer al diario a los pensamientos sin edición ni filtro de un periodista”, defiende Sullivan. “También hay, por supuesto, una cuestión mucho más amplia en este asunto. ¿Las meditaciones personales de Rudoren, tal y como han aparecido en comentarios sin editar en las redes sociales -y que han sido criticados por la derecha y por la izquierda-, ¿le convierten en una elección equivocada para un trabajo tan crucialmente importante?”.

Sullivan alega que en ese sentido la periodista debe ser juzgada “por su trabajo publicado en el periódico y en su edición online” y recoge en su artículo -en el que también se citan las acusaciones contra Rudoren por parte de otros medios- los comentarios del director de la sección internacional del Times, que tacha el trabajo de Rudoren durante el último mes como “ejemplar”.

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