Educación rectifica la imposición de más contenidos comunes a las comunidades
El Gobierno fijará más currículo en las materias instrumentales y poco en las demás. El margen autonómico para desarrollar los horarios está “en el aire”, admite el ministerio
El Gobierno va a proponer a las comunidades un nuevo modelo legal que daría mucha más autonomía a los centros para fijar los horarios y los contenidos de aquellas asignaturas que no son instrumentales, es decir, todas menos Lengua, Inglés (u otra lengua extranjera), Matemáticas y Ciencias. Esto es, el Ejecutivo central dará mucha concreción en esas asignaturas (de horarios mínimos y contenidos) y muy poca en el resto, de tal manera que las comunidades y los centros podrán elegir y, si quieren, especializarse, con tal de que se alcancen los objetivos básicos fijados, estos sí, por el Gobierno, y medidos a base de evaluaciones externas y de reválidas.
Habrá que esperar a una mayor concreción de la que ofreció ayer la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, para comprobar el alcance de la medida, pero queda meridianamente claro que el ministerio está dispuesto a recular respecto a su propuesta inicial de reforma educativa. Un anteproyecto que no convencía a casi nadie: ni a buena parte de la comunidad escolar ni, por supuesto, a la oposición, y ni siquiera a las autonomías gobernadas por el partido del Ejecutivo, el PP.
Este modelo podría significar dar marcha atrás en su decisión de reducir la parte de contenidos escolares que fijan las autonomías: la reforma dice ahora que la Administración central pasará a fijar el 65% del tiempo escolar en las comunidades con lengua cooficial y el 75% en las que no la tienen; actualmente es el 55% y el 65%, respectivamente. Esto provocó un aluvión de críticas encabezadas por los Gobiernos nacionalistas que acusaban a la reforma de recentralizadora y supuso el inicio de una escalada de declaraciones del ministro de Educación, José Ignacio Wert, que calentaron una campaña electoral catalana marcada por el auge del independentismo.
“Habrá que analizar cómo quedan finalmente los porcentajes curriculares que fijan tanto el Estado como las autonomías”, dijo ayer Gomendio. “Esos porcentajes están en el aire”, confirmó poco después un portavoz del ministerio. Lo que parece claro, aún sin mucha concreción en la propuesta, es que el modelo se alejaría bastante de esa lucha que Wert había declarado a la “dispersión de contenidos inmanejable” que, según manifestó tras un Consejo de Ministros en septiembre, es una de las causas de los mediocres resultados educativos en España.
El Gobierno discutirá su propuesta de nuevo modelo con las comunidades
De momento, Gomendio avanzó ayer en un encuentro organizado por la Confederación de Familias y Padres de Alumnos (COFAPA) que el Gobierno central “tendrá un papel más importante en los contenidos y las horas de aquellas asignaturas que se consideran instrumentales; y un papel más flexible en aquellas asignaturas que no se consideran instrumentales [Filosofía, Historia, Educación Física, Música, Plástica, Tecnología...]”. Es decir, habrá mucha concreción en cuanto a horas y contenidos de unas pocas materias y muy poca en las otras, de tal manera que las comunidades y los centros podrán completar esas otras asignaturas como quieran o incluir algunas distintas, especializándose de paso en un área u otra.
Hasta que se conozcan los porcentajes mínimos que se fijan en cada caso, no se sabrá hasta qué punto el ministerio se está plegando al aluvión de críticas de “recentralización educativa”. Pero, desde luego, lo que resuelve es el gran problema que se le había planteado por reducir el espacio o eliminar determinadas áreas. Se han movilizado contra la reforma los profesores de Griego y Latín, de Tecnología, de Ciencias, de Música y Artes Escénicas, de Filosofía...
No se eliminan vías ni asignaturas; los centros elegirán unas u otras
Con el nuevo modelo, ese problema (el de encajar todas las sensibilidades en un horario limitado) se lo pasan a las comunidades y, en su caso, a los centros educativos. “Hay asignaturas que el centro decidirá si las oferta, el currículo que ofrece (el Ejecutivo ofrece un esqueleto de objetivos que hay que cumplir y ellos luego desarrollan más o menos) y el número de horas que imparte. Ahora habrá un bloque de asignaturas entre las que el centro decidirá cuál oferta y, por lo tanto, ya no desaparecen determinadas vías de bachillerato [en el proyecto inicial se había eliminado el de artes escénicas]”, dijo Gomendio.
La reunión con las autonomías será el próximo martes. "Las propuestas que no están cerradas, está todo en marcha y veremos lo que pasa la semana que viene", dijo Gomendio, y aclaró que con las materias no instrumentales "se darían unas líneas básicas de objetivos que hay que cumplir y la comunidad autónoma y el centro tendrían más autonomía para decidir cómo se llega a ese objetivo", y añadió: "Pasamos de un sistema en el que las evaluaciones nos determinan cuáles son los objetivos y, a partir de ahí, los centros son los que deciden cómo se hace para conseguirlos".
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