Vacunas más flexibles y rápidas contra la gripe
Los ensayos evitan el uso de huevo y permiten adaptarse a mutaciones
Fabricar vacunas contra la gripe es un proceso complicado. Cada año, una vez identificados los virus que van a circular, hay que incubarlos en huevos, obtener sus proteínas de cubierta y preparar los viales. El objetivo último de los investigadores es conseguir localizar una parte del virus que no cambie entre las diferentes cepas para conseguir una vacuna universal. Pero, mientras eso ocurre, dos investigaciones han abordado el tema desde otro punto de vista: hacerlas más rápidamente.
Uno de ellos es no usar las proteínas del virus, sino uno de sus precursores. Lo ha desarrollado un laboratorio alemán y lo han publicado en Nature Biotechnology. En concreto, consiste en usar el ARN mensajero como generador de los anticuerpos. Estas moléculas son una especie de fotocopias del material genético que lleva las instrucciones para fabricar las proteínas. En ratones, hurones y cerdos han conseguido una respuesta inmune igual que las vacunas tradicionales, y tienen la ventaja de que son fácilmente modificables. Así se pueden preparar para distintas cepas o actualizarlos si se observan mutaciones, indica Lothar Stitz, que ha dirigido el trabajo.
Entre sus ventajas, aparte de la adaptabilidad, Lothar señala que se puede conservar la vacuna a altas temperaturas y que, en los ensayos, ha funcionado igual de bien en dos grupos que suelen dar peor respuesta a estos tratamientos preventivos: los ratones recién nacidos y los de mayor edad.
El sistema tardará en usarse en humanos, porque antes hay que ensayarlo para comprobar su seguridad.
Lo que ya está en el mercado es una vacuna que acelera el proceso por otro método: saltándose la fase de incubar el virus en huevos. La Agencia del Medicamento de EE UU (FDA por sus siglas en inglés) ya ha aprobado la comercialización de Flucelvax, una vacuna que se obtiene a partir de partes del virus cultivado en células animales.
Entre sus ventajas, la FDA señala es más rápida y barata de obtener, porque no hay que destruir huevos. Además, puede mantenerse indefinidamente, ya que los huevos se pudren pasado un tiempo (o eclosionan si son fértiles), pero los cultivos celulares no. Además, evita el riesgo de que trazas de albúmina lleguen a la vacuna y causen alergias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.