San Francisco prohíbe el nudismo
El gobierno municipal impone multas de hasta 500 dólares y un año de prisión para los reincidentes
El gobierno local de San Francisco ha votado este martes a favor de prohibir el nudismo en espacios públicos, por una ajustada mayoría de seis supervisores contra cinco. La nueva ordenanza pone fin al hábito de algunos vecinos de la ciudad de encontrarse en cueros en una de las plazoletas más transitadas del célebre barrio de Castro, uno de los emblemas del movimiento de liberación gay.
Quedan exentos de la prohibición el pecho femenino y los niños menores de cinco años. Se marcan además excepciones para eventos como la celebración del orgullo gay. Ya el año pasado la Junta de Supervisores (el gobierno municipal) prohibió el nudismo en los restaurantes y obligó a los naturistas a que coloquen una toalla entre sus partes y los bancos o el suelo en los que se sienten.
Tradicionalmente, los nudistas han aprovechado que la legislación vigente en el Estado de California estipula que la desnudez pública es solo legal cuando no la motivan “actos o pensamientos lascivos” o si no hay presentes “otras personas que pueden sentirse ofendidas o molestas” por el acto en sí. En una ciudad tan tolerante como San Francisco, era difícil encontrar a vecino alguno al que le molestara verle las partes pudendas a otro viandante. Por eso, el nudismo era práctica común allí.
“El nudismo en Castro se ha convertido en algo extremo”, dijo el supervisor que impulsó la ordenanza, Scott Wiener, antes de la votación de este martes, según informa el diario The New York Times. Las infracciones se multarán con 100 dólares (unos 78 euros). Las reincidencias, con 200. Más allá, se impondrán sanciones de 500 dólares y se podrá pedir hasta un año de cárcel para el que viole la ordenanza.
El miércoles pasado, una veintena de nudistas marchó en protesta hasta la sede del gobierno local. Una abogada que les representa, Christina DiEdoardo, presentó una demanda en nombre de los manifestantes para paralizar la ordenanza, según informa Reuters. “Lo que la ciudad está tratando de hacer es imponer un código de vestimenta por la vía legal, de forma criminal”, dijo. “Mis clientes intentan prevenir que la Junta de Supervisores actúe de forma inconstitucional”.
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