“En España nos falta pasión y positivismo”

La cita es a la una de la tarde, una hora poco habitual para el almuerzo, pero Belén Frau (Bilbao, 1974) se rige por los hábitos y costumbres de Suecia. Desde septiembre de 2011 dirige Ikea Ibérica, la rama española de la multinacional de origen escandinava. Atraviesa el restaurante de la sede de San Sebastián de los Reyes saludando a los empleados (por su nombre) mientras se coloca en la fila del autoservicio, con su bandeja a cuestas. “Soy un empleado como cualquier otro”, dice.

Pero es mucho más. Se ha convertido en la mujer directiva del año, un galardón concedido por la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe) una institución que premia el empuje, la creatividad y la imaginación en la dirección empresarial. Su visión del negocio es clara: “Crear un mejor día a día para los empleados, proveedores y clientes”. Aunque la crisis, y especialmente el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, se deja sentir incluso en la cadena de tiendas de muebles y complementos de decoración a precios asequibles que copa el 40% del mercado.

Frau llegó a Ikea después de cinco años en la consultora Artur Andersen (hoy Deloitte). “Allí aprendí el valor del esfuerzo. Fue un máster acelerado. Entrar en Ikea fue un shock cultural”, dice mientras da cuenta de su plato favorito, las albóndigas con salsa. “Están muy buenas y son baratas. Pero 15 son muchas, incluso para mí, que soy de Bilbao”. Con todo, se atreve con el salmón ahumado. La gastronomía sueca manda.

La directora general de Ikea Ibérica ha sido elegida empresaria del año

Aunque una de las cosas que más elogia de la cultura nórdica son las políticas de igualdad y las medidas en el ámbito de la conciliación. Y no es solo teoría. Ella misma fue nombrada directora de la tienda de Ikea en Barakaldo cuando estaba embarazada de ocho meses. “Me dijeron: ‘la empresa se tiene que adaptar a ti, no al revés”. Y se tomó una baja maternal de seis meses. “Tengo que predicar con el ejemplo. En una vida laboral una baja de cuatro o seis meses no es nada”, dice Frau, que tiene bajo su mando una compañía con 7.000 empleados repartidos en 14 tiendas. De ellos, un 48% son mujeres y un 52% hombres y aunque reconoce que todavía queda mucho por hacer, aboga por una política paritaria y a favor de la diversidad. “En Ikea apostamos por una plantilla con diferentes perfiles: gente joven y mayor, de distintas nacionalidades... Lo importante es que la gente esté contenta con lo que hace. En España nos falta pasión y positivismo”.

Para alcanzar la igualdad entre hombre y mujeres en los puestos directivos, Frau no es muy amiga de las cuotas, aunque se muestra indulgente si son un medio para conseguir el fin. Una de sus recetas pasa por el apoyo entre altas ejecutivas. Frau forma parte del dream team al que pertenecen también Patricia Abril, Ana María Llopis y Carina Szpilka, máximas ejecutivas de McDonald's, la cadena Día e ING Direct, respectivamente. Intercambian ideas y debaten sobre los hábitos del consumidor. Un equipo de lujo para el que también ficharía a Esperanza Aguirre, la expresidenta de la Comunidad de Madrid. “Me encanta. Es una tía cañón, independientemente de sus ideas políticas. Tiene muchísima fuerza, es una mujer carismática y lucha por lo que cree”.