Nuevo atlas del cerebro
La cartografía de las microestructuras de la materia blanca del cerebro humano debe servir tanto en medicina como en neurociencias
Tres años ha tardado un equipo de investigadores europeos en hacer un nuevo atlas de las microestructuras de la materia blanca del cerebro humano, poniendo a punto las tecnologías necesarias de imagen por resonancia magnética, computación y simulación. El resultado es una cartografía detallada de esa materia formada por las fibras neuronales que transmiten la información por el cerebro vivo. El objetivo de los científicos es que este nuevo mapa sea de utilidad fundamental para los estudios de neurociencias, pero también para la práctica médica, por lo que han puesto especial énfasis en su fácil utilización por parte de los no expertos. Los científicos del proyecto presentaron las conclusiones del mismo en una reunión celebrada en París la semana pasada.
Los equipos de investigación biomédica y neurociencias en todo el mundo tiene que recurrir, hasta ahora, sobre todo, a atlas del cerebro confeccionados mediante métodos histológicos lentos y destructivos en cerebros de unos pocos individuos que donan sus cuerpos para la ciencia, recuerdan los autores del nuevo atlas. Ellos han combinado imágenes tridimensionales de escáneres realizados por resonancia magnética (MRI) de los cerebros de un centenar de voluntarios. Las tecnologías desarrolladas garantizan un nivel de precisión y detalle sin precedentes, afirman los científicos. “Las avanzadas técnicas de imagen revelan nueva información acerca de la estructura del cerebro que nos ayuda a comprender cómo la arquitectura a nivel celular está relacionada con el proceso de pensamiento a algo nivel”, explica Daniel Alexander, uno de los líderes del proyecto, en un comunicado del University College (Londres). El nuevo atlas simula el imposible proceso de examinar cada milímetro cuadrado de tejido cerebral con un microscopio pero dejando el cerebro intacto, y aporta información clave como la cartografía de rasgos microscópicos (el tamaño medio de las células, el diámetro de las fibras, su densidad, etcétera) en la materia blanca.
El proyecto de tres años, financiado por la UE y denominado Connect, ha contado con una financiación de 2,4 millones de euros. Ahora los científicos quieren avanzar más aún y planean aplicar las tecnologías que han desarrollado para estudiar la dinámica y la dependencia temporal de las microestructuras de la materia blanca. Por ejemplo, explican los expertos del University College, buscarán la huella o las trazas que una tarea cognitiva imprime en las microestructuras de la materia blanca. En la vertiente médica, se plantean caracterizar y comprender los cambios microestructurales provocados por enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, o la esquizofrenia para desarrollar mejores métodos de diagnóstico.
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