El obispo de Córdoba equipara la muerte de Ruth y José con el aborto

Ayer, Ruth Bretón Ortiz, la niña presuntamente asesinada en Córdoba junto a su hermano de dos años por su propio padre, hubiese cumplido siete años. Coincidiendo con la fiesta de los Ángeles Custodios, el crucero cristiano de la Mezquita de Córdoba, actual catedral, se llenó de fieles para una misa en su memoria. El obispo Demetrio Fernández ofició la ceremonia y aprovechó su homilía para hablar del aborto y decir que “ningún padre ni ninguna madre tiene derecho a matar a sus hijos”.

Entre los miles de fieles que abarrotaron el templo se encontraba la madre de los dos niños, Ruth Ortiz. José Bretón, padre de los pequeños, permanece en prisión preventiva desde el 21 de octubre, acusado del presunto doble asesinato de Ruth y José. El parentesco directo del imputado sirvió a Demetrio Fernández para encajar en la homilía su ataque contra el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo. Y apelando a su deseo de que Ruth y José se hubiesen convertido en ángeles custodios, se preguntó: “¿No podrán alcanzarnos estos niños que se reduzca el número de abortos que diariamente se producen en nuestro entorno?”.

Y continuó: “Ningún crimen tan horrible como el del aborto, cuando una madre se ve en la situación de matar al niño que ha concebido en sus entrañas. Que el seno materno, el lugar más seguro y más cálido para el ser humano, no sea nunca más un lugar de amenaza para el ser humano naciente, ya desde su concepción, incluso antes de su anidación en el útero materno. No vale invocar el derecho de la madre para matar a su hijo. ¡Ningún padre, ninguna madre tiene derecho a matar a su hijo! Que Ruth y José nos lo hagan entender a todos”.

Tras la Comunión y después de que los fieles se diesen la Paz, Ruth Ortiz tomó la palabra. “El destino de mis hijos era ser niños poco tiempo en la tierra y ángeles eternamente en el cielo”.