“Que dejen ya de marearnos”
La maestra Marta Sandoval defiende la asignatura y critica los cambios que esta ha sufrido Defiende los contenidos que enseña, pero cree que sus alumnos no serán mejores personas por dos horas de clase a la semana
Cuando se enteró de que iban a cambiar el nombre y los temarios de Educación para la Ciudadanía y que luego se eliminará la asignatura de la enseñanza primaria, la maestra Marta Sandoval pensó: “Que dejen ya de marearnos”. Muchas veces, las polémicas educativas, que llenan páginas de periódicos, causan agrias interpelaciones en el hemiciclo del Congreso e, incluso, se dirimen en los tribunales, se viven de una manera muy distinta en el día a día de los colegios. Es probablemente el caso de Ciudadanía, una materia que, nacida en 2006, desató las iras de la Iglesia católica y de un grupo de padres porque pensaban que se iba a adoctrinar a sus hijos en una especie de ideología de izquierdas, en la que se ve con buenos ojos, por ejemplo, la homosexualidad.
Pero lo que de verdad le molesta ahora a Sandoval —que ha enseñado Ciudadanía a los alumnos del colegio público Pío XII, en Tetuán, un barrio humilde de Madrid— es ese mareo, ese eventual cambio de horarios, preparar asignaturas, organizar de nuevo... Defiende con entusiasmo los contenidos —la igualdad y el respeto en las relaciones con los demás, la autoestima, la democracia—, pero cree que sus alumnos “no van a ser mejores ciudadanos por tener en un curso dos horas a la semana de una asignatura”.
Esos contenidos, que encierran en su opinión la propia esencia de lo que significa educar, van a seguir presentes en todas sus clases con o sin Ciudadanía —“Yo voy a seguir parando la clase si un alumno insulta, y dedicaremos una tutoría si hace falta a hablar de ello”—, pero entiende que quizá es bueno tener un espacio reservado entre los apretados horarios semanales para recordárselo a todos los maestros.
Los presuntos temas polémicos, como la homosexualidad o el aborto, están completamente normalizados, dice Sandoval. “En realidad, la mayoría de los niños tienen hoy a alguien a su alrededor al que quieren y que es homosexual; saben que no pasa nada”. Por eso cree que “la polémica no ha sido más que una excusa para atacarse unos a otros”, y por eso vuelve a la idea del mareo: “Lo que hace falta de una vez es un gran acuerdo de todos para no cambiar constantemente la educación, al menos lo básico”.
Yo voy a seguir parando la clase si un alumno insulta, y dedicaremos una tutoría si hace falta a hablar de ello”
Marta Sandoval, que agota estos días las vacaciones en su Salamanca natal antes de volver a Madrid para la vuelta al cole, cuenta que antes que maestra en un colegio ha sido voluntaria, ha hecho talleres con niños y mayores, cuentacuentos... Y confiesa que también hubo cosas que le molestaron de la materia de Ciudadanía, aunque no tienen nada que ver con lo anterior: las horas de la materia se colocaron en su colegio a costa de las de Plástica, un área, para ella, fundamental en el desarrollo de los niños, junto a Educación Física o Música. Por eso, lanza un aviso sobre el proyecto de reforma educativa que propone el Gobierno y, que, entre otras cosas, dará más tiempo a Lengua, Matemáticas y Ciencias en detrimento de otras asignaturas: “Nos vamos a arrepentir”.
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