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Educación quiere sacar de clase a 200 escolares marroquíes en Ceuta

"Sus escuelas son buenas y tienen nivel, por lo que, si les ofrece una buena educación en su país de origen, no entiendo por qué tienen que venir", dice el delegado del Gobierno

La Delegación del Gobierno en Ceuta investigará la situación de los aproximadamente 200 escolares extranjeros, casi todos marroquíes, que están matriculados en centros educativos de Ceuta. Así lo anunció su titular, Francisco Antonio González, quien aseguró que se va a controlar su entrada en la escuela a partir del próximo curso. "Veremos quiénes son los que tienen derecho y quiénes no, porque lo que no podemos consentir es el fraude".

La administración educativa, que en Ceuta y Melilla está bajo la competencia del Ministerio de Educación y Cultura, está realizando un "trabajo de campo" para determinar qué familias marroquíes tendrían realmente ese derecho. "Habrá niños extranjeros cuyo padre tenga un contrato en esta ciudad que podrá venir, pero hay otros que están utilizando subterfugios para obtener un servicio que no les corresponde", añadió el delegado. "A mí me comentan funcionarios españoles en Marruecos que sus escuelas son buenas y tienen nivel, por lo que, si les ofrece una buena educación en su país de origen, no entiendo por qué tienen que venir".

Para la comunidad educativa, la presencia de estos jóvenes no es nada nuevo en una ciudad donde hay un tránsito permanente en la frontera y en la que las poblaciones marroquíes de Castillejos (Fndek en árabe) o Beliones están apenas a dos kilómetros de Ceuta. Desde Beliones, junto al barrio ceutí de Benzú, cruzan a diario durante el curso escolar una treintena de niños, matriculados en el colegio público Ruiz Picasso. Son niños que viven en Marruecos y a los que la Delegación del Gobierno expide una autorización especial para ir al colegio en España. De hecho, según fuentes de la Guardia Civil en Ceuta, este puesto fronterizo se abre casi exclusivamente para ellos, ya que no es un lugar habilitado para el paso de personas.

Los niños "suelen ser alumnos cuyos padres o familiares trabajan o residen en Ceuta y ellos hacen su vida aquí", cuenta Juan Luis Aróstegui, presidente de la Junta de Personal Docente de la ciudad. Son unos 1.000 profesionales los que atienden a una población escolar compuesta por 15.000 alumnos. Los 200 niños marroquíes apenas suponen un 1,3% de los escolares matriculados en alguno de los 23 colegios que componen la red de centros en Ceuta. En febrero, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ya alertó del problema que suponía para Ceuta la "avalancha" de marroquíes que estudiaban en sus centros, a los que señalaba por el alto fracaso escolar que sufre la ciudad. Tuvo que rectificar y reconocer que no eran marroquíes, sino ceutíes de origen bereber quienes suponen ya más del 50% de los estudiantes en las etapas inferiores de enseñanza.

La Delegación del Gobierno enmarca esta investigación en una más amplia para saber si ciudadanos del país vecino abusan de servicios públicos españoles. El delegado prevé acabar con unos 2.500 empadronamientos ficticios.

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