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Recortes a las reservas marinas y la pesca sostenible

Su situación es crítica por los ajustes presupuestarios, que en algunos casos llegan al 80% La biodiversidad marina y poblaciones comerciales de langosta y mero corren peligro

Parque natural de las Islas Columbretes (Castellón).
Parque natural de las Islas Columbretes (Castellón).Ángel Sánchez

“Si las reservas marinas tuvieran la difusión que tienen los parques nacionales y el mero la importancia que se le da al oso o al lince, ¿se habría recortado un 80% el presupuesto de su correcta protección?”. Vigilantes, pescadores, biólogos, técnicos… Todas las personas encargadas de la protección y conservación de la mayoría de las reservas marinas de España han levantado la voz ante lo que consideran recortes que atentan contra la propia pervivencia de estos espacios protegidos, declarados para preservar la biodiversidad y la pesca artesanal y servir de reservorio a poblaciones comerciales de peces y crustáceos y moluscos. Las de mero, pero también de langosta roja, pulpo, salmonete y percebes van a más gracias a esta gestión.

En España existen 25 reservas marinas cuya gestión es variopinta: autonómica, autonómica-Estado, solo Estado e incluso hay gestión de ayuntamientos y cofradías de pescadores. Todas sufren recortes, especialmente aquellas en las que los presupuestos generales del Estado han coincidido con la renovación de contratos con personas o empresas. Y no está todo dicho en los recortes. “Algunas se han salvado ahora porque los contratos vencen a finales de año”, dicen fuentes que, en ningún caso, quieren ver sus nombres publicados porque temen represalias ante los recortes habidos y por venir. Os Miñarzos y Cedeira en Galicia, Columbretes y Tabarca en la Comunidad Valenciana y La Restinga-Mar de las Calmas en Canarias son algunos ejemplos.

En la reserva canaria se da la circunstancia que la erupción del volcán submarino había dejado dañado un hábitat del que costará más recuperarse sin los trabajos de la bióloga que hacía el seguimiento de la reserva, una de las bajas reseñadas por la Cofradía de Pescadores de La Restinga, en El Hierro. Otra circunstancia que interfiere es que, mientras las Islas Columbretes pierden vigilantes y dotación presupuestaria desde la Generalitat Valenciana y la Secretaría General de Pesca, se autoriza realizar prospecciones petrolíferas a menos de veinte kilómetros de las mismas, algo similar a lo que ocurre en aguas canarias.

La isla de Tabarca, la primera reserva marina, representa uno de los casos más graves de recortes

Sin salir de la Comunidad Valenciana, la isla de Tabarca representa uno de los casos más graves de recortes, justo cuando acaban de celebrar el 25º aniversario como primera reserva marina de la red española y siendo modelo de gestión. Hasta los nuevos presupuestos, ocho personas se turnaban en la vigilancia de los límites marinos y terrestres de Tabarca, lo que garantizaba la protección las 24 horas del día del año y el alejamiento de pescadores y barcos piratas. “Ahora los guardas serán el coordinador de medios y el coordinador general”, afirman en Tabarca. “Eso supone que las líneas de investigación que se realizaban en las reservas marinas y los nexos de trabajo científico con las universidades, el Instituto Español de Oceanografía y otras entidades científicas quedarán muy mermadas”, respaldan fuentes del resto de estos espacios protegidos.

Desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, de quien depende el órgano director de diez reservas, la Secretaría General de Pesca, confirman los recortes, ya que se ha pasado, en general, de 5,1 millones de euros a 3,4 millones, un “reajuste presupuestario” que garantiza “una adecuada vigilancia de las reservas, para preservar los resultados obtenidos en más de veinticinco años de inversiones y mantener adecuadamente los medios técnicos asignados a estos servicios”. Añaden que en la vigilancia participan “los medios de control e inspección aéreos y marinos de la Secretaría General de Pesca, la Armada y el Seprona, dotados con más de diez millones de euros en los presupuestos de 2012, y el seguimiento de buques de más de 12 metros de eslora mediante el centro de control por satélite”.

El Ministerio pedirá a las cofradías de pescadores la colaboración en el mantenimiento de las reservas

Desde las reservas se reconoce que “se intentará alcanzar algún tipo de compromiso con la Guardia Civil del Mar, para que estén más en las reservas, pero no esperamos que sea la gran alternativa, simplemente porque ellos no están para eso”. Otra de las iniciativas del Ministerio es solicitar a las cofradías de pescadores beneficiadas por el “efecto reserva” (refuerzo de poblaciones pesqueras gracias a la recuperación que se consigue dentro de los espacios protegidos) su colaboración en el mantenimiento de las mismas. Ninguna cofradía sabe nada de esta propuesta, y algunas vinculadas a áreas de competencia autonómica, como la de Os Miñarzos, en las costas de A Coruña, ya están implicadas no solo en el mantenimiento, sino en la gestión directa.

Ría de Cedeira y Os MIñarzos, ambas en A Coruña, son dos reservas que partieron de la iniciativa de los pescadores, y en el segundo de los casos es la Cofradía de Lira la que ha buscado el apoyo económico de una empresa, que contribuye con 5.000 euros para evitar el despido de un biólogo y mantener el seguimiento científico de la reserva. Sin embargo, aún no se ha firmado el convenio de coordinación y asistencia técnica con la Xunta de Galicia, el órgano gestor no se reúne y hay sospechas fundadas de que se queden también sin vigilancia. Desde la Xunta se limitan a afirmar que "los recortes no afectarán a las reservas gallegas porque los presupuestos dependen del Fondo Europeo de Pesca". Según un estudio de WWF y la Fundación Lonxanet, el 62% de la población del entorno de Os Miñarzos considera que han mejorado las pesquerías gracias a la protección, y el 65% es contrario a eliminarla.

Los pescadores que faenan en el interior de esta reserva coruñesa lo tienen claro: “Estamos mejor que aguas afuera porque se fueron furtivos y pescadores no regularizados que no debían estar”. Además, se han acostumbrado a una pesca sostenible que puede perder impulso si se materializan los recortes. “Los pescadores profesionales artesanales están indignados y asustados ante la posibilidad de que los tesoros que guardan las reservas y que les permiten pescar cada día se vayan perdiendo al disminuir a un mínimo nivel la protección de las mismas”, claman desde estos espacios. Científicos de universidades y de centros relacionados con la investigación marina, así como técnicos del propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente también muestran su asombro y contrariedad por este paso atrás en la protección del medio marino.

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