"La libertad es en sentido positivo y negativo, para ser o para no ser madre"

En el Día Internacional de la Mujer, varias polémicas surgidas en los últimos días están presentes en las preguntas que los lectores de EL PAÍS han formulado a Laura Nuño, directora de la cátedra de Género de la Universidad Rey Juan Carlos, en una entrevista digital. Nuño responde a las declaraciones del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sobre una "violencia estructural" sobre las mujeres embarazadas que las lleva a abortar. "Claro que existe violencia estructural", afirma, aunque no en el sentido que él la entiende: "Para empezar, toda aquella que pretende impedir el libre ejercicio de sus derechos reproductivos. Gallardón parece haberse olvidado que la libertad ha de entenderse en su sentido positivo y negativo. Es decir, libertad para ser o no ser madre. La libertad de las mujeres a elegir".

La profesora invita al ministro a que "si lo que pretende es potenciar la maternidad o facilitarla, que proponga servicios públicos de cuidado que cubran las necesidades en la materia". Aunque no es optimista. "La política de género o las políticas de igualdad del nuevo gobierno no pintan bien". Nuño vaticina que "el desmantelamiento de los servicios sociales va a afectar en mayor medida a las mujeres", en primer lugar, "porque es un sector donde la presencia femenina es mayoritaria" y en segundo, "porque en su ausencia será la malla de solidaridad familiar la que se ocupe de ello. ¿Y quién gestiona esa malla? Mayoritariamente las mujeres del entorno familiar".

Para la directora de la cátedra de Género de la universidad madrileña, la reforma laboral no promociona "la empleabilidad de las mujeres". Al contrario, "va a precarizar aun más el empleo femenino". "Pero supongo que Gallardón tendrá previsto solucionar esto para que las mujeres tengan mayor libertad a la hora de optar por la maternidad. Porque un empleo precario sí que anima poco a embarcarse a asumir responsabilidades familiares", asevera.

Nuño también responde a la polémica reciente sobre el sexismo en el lenguaje. "La excusa a la que alude el informe" de Ignacio Bosque, académico de la RAE, "para defender un uso sexista del lenguaje (unos supuestos 'hábitos asentados') es francamente paradójica", opina la profesora. "Las lenguas evolucionan con las sociedades, que las hacen suyas. Y la evolución observada es, precisamente, un uso cada vez más frecuente o 'habitual' del lenguaje no sexista". Nuño critica que el texto, publicado por EL PAÍS, y suscrito por 26 académicos de número, "ignora las recomendaciones al respecto de numerosos documentos y manifiestos de ámbito nacional e internacional". "Hace décadas, quizás tenía razón el Sr. Bosque y sí era un 'hábito asentado' invisibilizar a las mujeres, pero ahora no debería serlo". 

La profesora, que defiende la importancia de que las universidades introduzcan formación en género, justifica el desprecio que ciertos sectores muestran hacia el feminismo en que "intenta deslegitimar al patriarcado" y en que "es un juego de suma cero. Es decir, que el poder o la presencia que ganan las mujeres como colectivo, la pierden los varones como tal. Y claro, eso compartir el poder, cuesta". Nuño también defiende la "corresponsabilización" y la implantación de cuotas ya que "sólo así será posible reducir el impacto de un sistema que desestima a las mujeres cuando se trata de asumir responsabilidades al más alto nivel".