“Necesito encontrar a mi madre”
Marian Zubia espera que con su denuncia se demuestre que fue apropiada En su partida de nacimiento figura como hija biológica de su madre adoptiva
Marian Zubia esperó a que murieran sus padres adoptivos para investigar el paradero de su madre biológica e intentar sacar a la luz la presunta trama de bebés robados en Gipuzkoa. Oriotarra, de 39 años y con dos hijos, esta mujer lleva desde 2005 recopilando documentación que certifica que fue una niña apropiada.
En uno de los documentos claves que presentó cuando puso la denuncia, el ginecólogo Benito Izaguirre de la Clínica Asunción de Tolosa certifica en su partida de nacimiento en 1972 que es hija biológica de su madre adoptiva María Ángeles Juaristi, de 45 años y estéril. “Lo de apropiada es porque me robaron, pero consto como hija legal de ellos”, aclara.
Habla con calma, tiene las fechas y los datos bien ordenados en su cabeza. Sabe que su relato está amparado por la veintena de documentos que presenta y que demuestran la veracidad de su historia. No pierde oportunidad de contarla, consciente de que cada vez que sale en los medios de comunicación se abre una nueva oportunidad para dar con su madre.
El padrino era primo de Izaguirre, quien firmó uno de los papeles falsos
Fue a los 11 años cuando se enteró durmiendo en casa de una amiga que era adoptada. Su compañera de clase se lo había oído a sus padres. “Fue entonces cuando me lo reconocieron. Que mi madre no me quería y que venía de Fraisoro, aunque luego hubo otras versiones como que me trajeron de El Escorial, en Madrid. A veces pienso que si aquella niña no me lo hubiera dicho nunca me hubiera enterado”, reconoce.
La infancia de Marian fue feliz. Su familia, de Elgoibar, era muy religiosa, tradicional y conocida. Era evidente que el tema de la adopción era tabú. “Siempre he tenido una lucha muy grande entre la lealtad que tenía a mis padres y la necesidad encontrar a mi verdadera madre. En gratitud a ellos esperé a que murieran antes de hacer averiguaciones. No quería hacerles sufrir. Lo poco que les preguntaba les hacía sentir mal”, recuerda.
En 2005, tras rebuscar papeles en su casa familiar y no encontrar nada, Marian acudió a la Diputación, que gestiona los expedientes de adopción. Fue entonces cuando descubrió que no constaba en ningún sitio como adoptada y que aparecía como hija biológica de su madre adoptiva en la partida de nacimiento. Unos años más tarde descubrió también al solicitar su legajo de nacimiento en el Registro Civil de Tolosa que en el documento también aparecía su madre adoptiva como biológica. Así empezaron las sospechas.
Teme que con el nuevo
Gobierno de Rajoy se ordene
el cierre de casos
Marian nació supuestamente el 29 de septiembre de 1972 en la Clínica Asunción de Tolosa y al día siguiente es inscrita en el Registro Civil. “Un sábado a las cuatro de la tarde. ¿Cómo puede ser eso?”, se pregunta.
Cuando el Registro acudió a la clínica tolosarra para ver si había habido algún error con la documentación, las respuestas fueron contradictorias. “Por un lado, nos dijeron que no había ningún registro con ese nombre [María Ángeles Juaristi] en el libro de partos de 1972 y por otro, que no se guardaban esos registros de partos, solo las cesáreas. Al no haber registros no puedo saber quién pudo dar a luz esos días y averiguar quién pudo ser mi madre biológica”, explica.
La historia de Marian está sembrada de dudas. No tiene claro que su fecha de nacimiento sea verdadera. Sí fue real que sus padres desaparecieron sigilosamente tres días de Elgoibar y volvieron con una niña muy pequeña de pocos días. “Pude ser prematura o de parto gemelar”, sostiene. El bautizo pasó desapercibido, sin la presencia de la familia, solo con los padrinos, uno de ellos pariente del médico Izaguirre. “Presiento que hubo un pacto extraño”, añade.
El caso está abierto a pesar de que en un primer término la juez de Tolosa lo quiso archivar
En marzo de 2011 decidió hacerse pruebas genéticas con su tía, hermana de su madre adoptiva. El resultado fue que el ADN no coincidía. Definitivamente, no había parentesco biológico. Unas semanas después puso una denuncia a través de SOS Bebés Robados. Una de las 120 interpuestas en Gipuzkoa por presunto robo de bebés. “Era la única forma. Nadie te ayuda, ni te da información y gestionándolo con la asociación era más fácil”, señala.
El caso está abierto a pesar de que en un primer término la juez de Tolosa lo quiso archivar, pero la Fiscalía argumentó que el delito denunciado podría resultar una “suposición de parto y alteración de la paternidad de un menor, y falsedad en documento oficial”. La semana pasada familiares de Marian testificaron y en los próximos días lo harán otras cinco personas, entre ellos, personal de la Clínica Asunción.
“No busco imputados porque muchos de los supuestos implicados están muertos. Solo quiero que se haga público que hubo una trama de robo de bebés en hospitales guipuzcoanos con nombres y apellidos”, sostiene Marian, que muestra preocupación por el actual cambio de Gobierno en Madrid. “Me asusta que se dé la orden de que se archiven los casos”.
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