La percepción negativa de la inmigración no aumenta a pesar de la crisis
Más de la mitad de los europeos sigue considerándolo un problema Seis de cada 10 apoyan la estancia de extranjeros solo de forma temporal
No ha habido cambios reseñables este año en cuanto a las posturas básicas de la opinión pública sobre inmigración. Ni siquiera en Europa, gran receptora de los desplazamientos producidos por la primavera árabe. Tampoco la crisis ha influido en el dato. Así lo revela el estudio Transatlantic Trends: Inmigration 2011, elaborado en cooperación con la Fundación BBVA y que se encuentra en su cuarta edición. Las mayores preocupaciones de los encuestados de los seis países participantes (EEUU, España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido) son la economía y el paro, dejando relegada a tercera posición la inmigración.
Seis de cada 10 ciudadanos de los territorios incluidos en el informe apoyan la estancia de inmigrantes, pero de forma temporal, no permanente. Sobre todo de aquellos que se ven obligados a abandonar sus fronteras por motivos como conflicto de guerra, desastres naturales o persecución política. Tanto los europeos como los estadounidenses se manifiestan por ello más abiertos a ayudar a personas provenientes del norte de África y Oriente Próximo. En España, un 86% apoya abrir a este colectivo el mercado económico, mientras un 85% se muestra partidario de ofrecerles ayuda para el desarrollo de sus países. Más negativo es el resultado cuando se refiere al hecho de abrir el mercado laboral a estos individuos, que secunda solo un 57%.
El estudio, con una muestra de 6.000 personas (1.000 por cada país), revela que la respuesta a la pregunta de si se percibe la inmigración como un problema o como una oportunidad ha variado poco desde 2008. En 2011, el 52% de los europeos y el 53% de los estadounidenses han visto el movimiento migratorio más como un problema que como una oportunidad. En España, un 58% de los encuestados ha tenido una visión más negativa que positiva de este hecho. Los más pesimistas son los de Reino Unido, con un 68%.
En España, la preocupación por la inmigración ilegal sigue patente, aunque no por la legal. La diferencia entre la percepción de inmigración y la cifra real es la mínima de los países estudiados: del 21% percibido al 12,2% real.
Otro dato reseñable es que la mayoría de los encuestados opinan que la Unión Europea debe ser la encargada de fijar el volumen de inmigrantes a los que se permita entrar en cada país. El apoyo fue del 42% entre los países participantes. También del estudio se extrae que las actitudes hacia la inmigración son más favorables entre quienes tienen mayor nivel de estudios, los jóvenes y los que se sitúan ideológicamente en la izquierda y centroizquierda.
Para concluir, el documento reseña que los que tienen una mejor disposición hacia los extranjeros son los alemanes. Entre los más países más críticos se encuentra Reino Unido, donde la amplia mayoría lo percibe como un problema. Le siguen España, Italia y EE UU, donde las actitudes negativas son algo más moderadas. Sobre todo en cuanto a la percepción de que la mayoría de sus inmigrantes son ilegales. En un espacio intermedio se encuentra Francia.
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