EE UU inspeccionará la plataforma de Repsol antes de que llegue a Cuba
Obama quiere coordinar las actuaciones con otros países si se produce un nuevo vertido
El Gobierno norteamericano inspeccionará la plataforma que Repsol empleará para perforar el yacimiento petrolífero de Yagüey, en aguas de Cuba, después de recibir una fuerte presión para ello por parte del Capitolio. Según ha podido saber este diario, una delegación norteamericana tendrá acceso en los próximos días a la plataforma, bautizada como Scarabeo 9, en costas de Trinidad y Tobago, antes de que llegue a las aguas al norte de Cuba. Además, la Administración de Barack Obama ha iniciado conversaciones con otros países del golfo de México para coordinar vías de respuesta conjunta en caso de que se produzca otro vertido como el que asoló las costas de Luisiana, Tejas, Alabama, Misisipí y Florida en 2010.
La plataforma se hallará a sólo unos 80 kilómetros de Key West, que es territorio norteamericano. El embargo aplicado por Estados Unidos a Cuba desde hace medio siglo, y el hecho de que no existan relaciones diplomáticas entre ambos países, complica sobremanera la posibilidad de una intervención norteamericana como la que se coordinó en el Golfo en 2010, en la que participó la Guardia Costera. Las fuentes consultadas por EL PAÍS aseguran que, de producirse un vertido, la responsabilidad de coordinar y financiar la respuesta caería sobre la empresa responsable, en este caso la española Repsol YPF. BP ha gastado hasta la fecha unos 40.900 millones de dólares en contención, limpieza e indemnizaciones del vertido del año pasado.
Fuentes consultadas por este diario han asegurado que Repsol le ha facilitado al gobierno norteamericano la inspección de la plataforma, que, para sortear el embargo norteamericano a Cuba, ha sido fabricada con menos de un 10% de materiales fabricados en EE UU. La válvula de sellado, que es lo que falló en la plataforma de BP, es una de esas partes manufacturadas en suelo norteamericano. La plataforma Scarabeo 9 perforará seis bloques de suelo marino cedidos temporalmente por Cuba a Repsol en virtud de un acuerdo firmado en 2000. El pozo se abrirá a unos 1.700 metros de profundidad.
Esas mismas fuentes han explicado que, en cumplimiento de los términos del embargo a Cuba, el Departamento de Estado ha emitido una serie de permisos a empresas norteamericanas, para que puedan formar parte de un posible equipo de contención y limpieza de un vertido. Según reveló la semana pasada la agencia Bloomberg, una de esas empresas es Wild Well Control, de Tejas, experta en respuesta a accidentes en plataformas petrolíferas. Además, el gobierno norteamericano ha formado un grupo de trabajo con los gobiernos de otras naciones del Golfo, para crear una serie de protocolos de respuesta a un posible vertido en Cuba.
Legisladores demócratas y republicanos en el Congreso norteamericano han criticado duramente al Gobierno de Barack Obama por lo que tachan de impasibilidad ante los negocios de Repsol en Cuba. Dos demócratas, los senadores Bill Nelson de Florida y Robert Menéndez de Nueva Jérsey, propusieron una nueva ley el mes pasado por la que eliminarían cualquier límite a las indemnizaciones efectuadas por empresas responsables de vertidos. En este momento, una ley norteamericana impone un límite a la responsabilidad fiscal de esas empresas de 75 millones de dólares, siempre que el vertido se produzca en aguas internacionales o extranjeras. La intención de los senadores es eliminar esas limitaciones.
"Cuando se trata de leyes que deberían proteger a los estadounidenses de los contaminadores extranjeros, en materia de petróleo, no debe haber ninguna ambigüedad acerca de quién debe ser plenamente responsable: el que contamina", dijo el senador Menéndez al presentar la ley. "Esperamos que las empresas que quieren perforar en busca de crudo en aguas cubanas se lo piensen dos veces, que les quede claro que serían totalmente responsables de cualquier daño a los Cayos de Florida, a las playas del sur de Florida, o si el vertido llegara a la corriente del Golfo, a cualquier otro punto de la costa este norteamericana”.
En la otra sala del Capitolio, la Cámara de Representantes, los republicanos, que tienen mayoría, han exigido a Obama que ejerza presión sobre Repsol y sobre el gobierno español para que la petrolera desista de hacer negocios con Cuba. El mes pasado, la presidenta del Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara, Ileana Ros-Lehtinen, le envió una carta a Obama en que criticaba que permitiera que una plataforma con una válvula de sellado norteamericana llegara a manos cubanas. “Nos preocupa que tecnología crucial de EE UU llegue a manos de un régimen que apoya el terrorismo”, escribió. “¿Qué información o garantías ha recibido su Administración por parte de Repsol para comprobar que la plataforma cumple con las sanciones vigentes contra Cuba?”.
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