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El acusado de encerrar a su esposa en Viladecans se declara defensor de los derechos de la mujer

El hombre acusa a su mujer en el juico de haberle tendido una trampa

El hombre acusado de haber mantenido a su esposa cautiva durante año y medio en su casa de Viladecans (Barcelona) se ha proclamado hoy defensor de los derechos de las mujeres y ha acusado a su pareja de haberle tendido "una trampa" para deshacerse de él.

En la sección 22 de la Audiencia de Barcelona se ha iniciado hoy el juicio contra Mohammed K., español de origen marroquí para quien la Fiscalía pide 12 años de cárcel por delitos de detención ilegal, contra la integridad moral y de obstrucción a la justicia, y que lleva en prisión preventiva desde su detención en marzo de 2010. Según sostienen el fiscal y la acusación particular ejercida por la víctima, el procesado mantuvo encerrada a su esposa en casa, en distintos períodos comprendidos entre julio de 2008 y marzo de 2010, cautiva en una habitación desde la que solo podía acceder a la cocina y el baño.

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Durante su cautiverio, según la versión de las acusaciones, el procesado mantuvo a su esposa en una estancia de cinco metros cuadrados, en condiciones de oscuridad y humedad, impidiéndole el contacto con otras personas, y las temporadas que pasaba fuera de casa no le dejaba alimento suficiente para su sustento.

Por su parte, en una vehemente declaración, Mohammed K ha negado tajantemente haber mantenido encerrada a su mujer y la ha acusado de haber urdido un montaje junto a otra persona para provocar su detención y, de esa forma, acabar la relación que mantenía con él. "Ella lo que quería era estar en España, tener sus papeles y, después, la patada", ha añadido el procesado, tras señalar que su mujer estuvo viviendo en Alemania durante siete meses, adonde acudió a visitar a sus padres y su hermano, y regresó con él voluntariamente: "¿Por qué volvió entonces con un maltratador?", ha apuntado.

Mohammed K. se ha mostrado un firme defensor de los derechos de las mujeres, para lo que incluso ha apelado a la Constitución Española, y ha asegurado que lleva 25 años en Cataluña y está totalmente integrado en esta sociedad. "Yo creo en los derechos de las mujeres, si no, habría dejado a mi esposa en Marruecos", ha dicho. Para acreditar su inocencia, la defensa del procesado ha presentado hoy diversa documentación que demuestra que la denunciante viajó a Alemania, estuvo en algunas bodas y en otros actos sociales y, además, compartió su vivienda de Viladecans con otras personas, entre ellos trabajadores del locutorio que regentaba su esposo.

La mujer, que ha declarado ante el tribunal protegida del procesado por una mampara, ha ratificado su denuncia inicial y, pese a algunas contradicciones en su relato, ha confirmado que solo pudo salir de su casa en tres o cuatro ocasiones -incluidas las dos bodas a las que fue- y que nunca tuvo llaves de la puerta ni de los candados con los que su marido la encerraba. Además, ha explicado que el procesado la abofeteó en tres ocasiones -por lo que la acusación particular que la representa acusa a Mohammed K. de otro delito de maltrato habitual- y le privó de un teléfono con el que mantener contacto con su familia de Marruecos, a la que llamaba con el móvil que en contadas ocasiones le prestaba su marido.

En el juicio, que proseguirá el próximo jueves, han declarado también las peritos que exploraron a la víctima, quienes han descartado que sufra alteraciones psicopatológicas y la han definido como una persona "irreflexiva e inmadura" que mostró una extrema frialdad al relatarles los hechos que hoy se juzgaban.

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