EE UU da a BP un ultimátum de 48 horas para controlar el vertido
La Administración Obama considera insuficiente el plan propuesto por la petrolera para hacer frente a la marea negra
Las medidas planteadas por BP "no son suficientes" para el Gobierno estadounidense, por lo que ha impuesto a la empresa petrolera un límite de dos días para que mejore y acelere sus planes para frenar el vertido de crudo en el golfo de México. El últimatum no lo ha hecho ni el presidente ni ninguno de sus secretarios de Estado, sino que se trata de un comunicado firmado por el responsable de coordinar los esfuerzos para contener la marea negra.
La compañía británica puso en marcha un plan por fases para contener el petróleo que está llegando al mar desde que el 20 de abril explotó la plataforma petrolífera Deepwater Horizon. La mayor parte de estas soluciones no comenzará a ser efectiva hasta mediados de julio, lo que el Gobierno de EE UU ha considerado inadmisible, aunque no haya especificado en su comunicado qué medidas tomará si BP no atiende su exigencia de "identificar en las próximas 48 horas los medios para incrementar la contención del vertido que puedan ser aplicadas ágilmente".
"El enfado con BP no tiene nada que ver con cuestiones nacionales" ha asegurado Barack Obama, por teléfono, a su homólogo británico
La carta, firmada por el vicealmirante de los Guardacostas James Watson, encargado de coordinar la respuesta estadounidense, hace hincapié en que en las últimas horas se ha sabido que el vertido es el doble de lo que se había previsto en un principio, hasta los 6,4 millones de litros diarios.
El próximo miércoles el presidente de EE UU, Barack Obama, tiene prevista una cita con los directivos de BP para hablar sobre la que ha calificado de "devastadora" catástrofe medioambiental, la más grave en la historia del país. Obama ha adelantado que hará responsable a la petrolera de lo sucedido y que le exigirá el pago de 69 millones de dólares (56,6 millones de euros).
El mandatario estadounidense ha mantenido hoy una conversación telefónica de 30 minutos con el primer ministro británico David Cameron, que se encuentra en una difícil posición entre la defensa de los intereses de su país y el mantenimiento del tradicional buen entendimiento con EE UU. En ella, Obama ha asegurado al líder conservador que el enfado con BP "no tiene nada que ver con cuestiones nacionales" y que no tiene ningún interés en minar el valor de la compañía británica, que ha sufrido fuertes pérdidas en su cotización en bolsa. " "El presidente ha subrayado su profundo compromiso con la extraordinaria e histórica relación entre ambos países" ha asegurado la Casa Blanca en un comunicado tras el encuentro. Sin embargo, Obama ha reiterado a Cameron su intención de hacer que BP pague el coste íntegro de la limpieza de la marea negra.
Por su parte, la oficina del primer ministro británico ha anunciado que su primera visita a Washington tendrá lugar el próximo 20 de julio.
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