Sólo el 20% de los grupos de riesgo se ha vacunado contra la nueva gripe
Los médicos mantienen sus discrepancias sobre el manejo de la pandemia.- Los políticos son menos críticos con la gestión de la OMS
Un año después del comienzo de la expansión del virus H1N1 que ha causado la llamada nueva gripe, los expertos siguen sin ponerse de acuerdo sobre cómo se ha manejado la crisis. Ni las vacunas, ni los fármacos, ni el sistema de alertas han conseguido el menor acuerdo entre los expertos que están participando en una jornada convocada por la Organización Médica Colegial (OMC).
Prácticamente sólo un dato ha quedado sin discusión en el encuentro: que sólo un 20% de la población de riesgo se ha vacunado. El dato lo dio Andreu Segura, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, quien lo acompañó de una reflexión que ha sido la predominante del debate: estos "datos tozudos" son un indicador de la "desconfianza" que se ha instalado en la población. "Lo que nos jugamos puede ser muy serio", añadió, en referencia a lo que puede ocurrir si en un futuro otra pandemia resulta grave de verdad y la población reacciona con el mismo escepticismo.
El presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, manifestó aún antes de que terminara la sesión que era "esperable que no hubiera acuerdo". "Se rectifica con dificultad", admitió. Sin embargo, señaló que había aspectos en los que había más unanimidad. Una de ellas, las dudas sobre la eficacia del Tamiflu. ""Con lo que se ha dicho [en la sesión] nadie puede defenderlo, salvo que aporte nuevos datos", dijo. Se refería a la exposición del farmacólogo Joan Ramón Laporte, en la que señaló que hace tres años ya se sabía que este fármaco tenía un efecto muy militado para tratar la infección. Un dato que, tampoco esta vez, fue apoyado unánimemente. Jordi Rello, del servicio Cuidados Intensivos del hospital Vall de'Hebron (Barcelona) insistió en que, entre los pacientes más graves, el uso temprano del antiviral significaba un gran aumento en la expectativa de que un paciente saliera adelante o no.
Lógicamente, el manejo de la crisis por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las posibles presiones de los laboratorios en las decisiones tomadas estuvieron muy presentes en el debate. Frente a los más críticos (Laporte, la médica de Urgencias Mónica Lalanda, una de las que más campaña han hecho contra las vacunas), otros, como Josep Vaqué, jefe de Medicina Preventiva del Vall d'Hebron, isistieron en que aunque se ha tratado de una enfermedad leve, tenía "sello de pandemia". Según Vaqué, quien destacó que se trataba de una enfermedad "impredecible", la pandemia "no se ha acabado". El preventivista indicó que se esperaban tasas de ataque (cantidad de infectados) del 30%, cuando al final, en España, ha sido del 7%. Además, destacó que el pico de la infección se adelantó, por lo que el virus "se quedó sin combustible" para propagarse en invierno, ya que los niños, sus principales víctimas, pasaron la enfermedad al principio del curso (en septiembre), y quedaron inmunizados.
Vaqué también adelantó que lo más lógico será que la OMS -que está en pleno proceso de análisis de sus decisiones- cambie el criterio para definir pandemia, incluyendo la gravedad, y no sólo la expansión de la enfermedad.
Los políticos no han sido tan críticos con la Organización Mundial de la Salud. Un año después de que se conociesen los primeros casos, sin embargo, muchos coinciden en que la escala de niveles de alerta debe cambiarse. "La OMS debió reformar su sistema de alerta ya en junio", ha asegurado el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata.
Sí se ha hablado hoy de las lecciones aprendidas de la primera pandemia del siglo XXI. Sobre todo de fórmulas de organización. Los consejeros de Sanidad de Castilla-La Mancha, y de Castilla y León, Francisco Javier Álvarez Guisasola, hablaron incluso de la posibilidad de devolver algunas competencias al Ministerio de Sanidad en situaciones de emergencia sanitaria para "facilitar la coordinación". Pero la conclusión ha sido prácticamente unánime, independientemente del color político, "el sistema nacional de salud ha actuado bien", ha resumido Pilar Grande, portavoz del PSOE. Una opinión que ha compartido el diputado del Partido Popular Mario Mingo. "Gobierno y oposición se han puesto de acuerdo, y por primera vez, en la gestión de la nueva gripe. Independientemente de que desde el PP hiciéramos peticiones o sugerencias, que muchas fueron escuchadas", ha dicho Mingo.
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