Periodismo de investigación sin ánimo de lucro
Los fondos de dos filántropos y el liderazgo de un ex director del 'Wall Street Journal' impulsan ProPublica, una agencia digital de reportajes premiada con un Pulitzer
El matrimonio de multimillonarios estadounidenses Herbert y Marion Sandler quería contribuir con su fortuna a impulsar el periodismo de investigación. Filántropos veteranos de izquierdas, anhelaban poner coto a los desmanes de la política y los negocios. "Destapar el próximo escándalo Enron", según sus palabras. Pero no sabían cómo. Así que llamaron a Paul Steiger, veterano director ejecutivo de Wall Street Journal, con 16 premios Pulitzer a sus espaldas. Steiger les propuso crear una agencia digital de periodismo de investigación. Financiada con donaciones y sin ánimo de lucro. Ofrecería sus contenidos gratis a los grandes medios para conseguir la máxima difusión. Y así fue. Reclutaron a una veintena de redactores, los Sandler asignaron un presupuesto anual de 10 millones de dólares (7,3 millones de euros) y Steiger asumió el timón. La bautizaron ProPublica y la pusieron en marcha en 2008. Tan solo dos años después, ya ha recibido un premio Pulitzer.
El proyecto nació de la insatisfacción. Del descontento de constatar que el auge de la era de Internet ha multiplicado las plataformas para publicar información pero muy pocos de los nuevos medios elaboran reportajes de primera mano y en profundidad, según señaló Steiger en 2007, poco antes de inaugurar la web. Un cometido que ha sido golpeado por la crisis: "La caída de la publicidad ha provocado que muchos periódicos despidan a muchos periodistas de investigación, sobre todo porque estos no producen noticias tan a menudo y porque necesitan más tiempo y dinero para hacer su trabajo", advierte Mark Webb, portavoz de ProPublica. "Así que cuando los periódicos recortan sus presupuestos, los periodistas de investigación son los primeros en ser despedidos", añade Webb, a través del correo electrónico.
Husmear en los negocios y la política
Radicada en Manhattan, ProPublica cuenta con una redacción de 34 periodistas, entre editores, reporteros, documentalistas y personal web. Su declaración de principios es ambiciosa: "Nos fijamos exhaustivamente en las funciones críticas de los negocios y el Gobierno, los dos mayores centros de poder, en áreas que van desde la seguridad en los productos al fraude en las finanzas, desde errores en nuestro sistema judicial a prácticas que socavan unas elecciones justas", reza el texto de presentación. Imparciales y sin colores ideológicos, aseguran. Rechazan cualquier influencia de políticos o grupos de presión. Su intención es clara: "En la mejor tradición de periodismo estadounidense de servicio público, buscamos promover el cambio positivo. Descubrimos prácticas desagradables para promover la reforma".
Objeto principal de su escrutinio son la política y los negocios, que ocupan un lugar destacado en su portada. Tiene un apartado destinado a supervisar la asignación de los fondos del plan de rescate gubernamental ante la crisis financiera y otro a la cuestión de las detenciones y encarcelamiento de presuntos terroristas en suelo estadounidense.
Con el ánimo de conseguir la máxima difusión para sus trabajos, ProPublica cede sus noticias y reportajes a los medios tradicionales. "Casi todos nuestros contenidos están disponibles gratuitamente", explica Webb. "Ofrecemos nuestras investigaciones a nuestros socios y casi todo el resto (excepto los blogs, algunas fotos y otros pocos reportajes) se puede usar gratis bajos las condiciones de nuestra licencia de Creative Commons". En 2009, ProPublica publicó 138 reportajes a través de 38 socios, como los periódicos The New York Times y USA Today y las revistas Slate y Newsweek. La agencia Associated Press también distribuye sus contenidos.
Sólo con donaciones, nada de publicidad
ProPublica se financia exclusivamente con donaciones, entre las que se cuentan las de diversas entidades filantrópicas, como Atlantic Philanthropies y la Fundación MacArthur. "No tenemos anuncios en la web y no recibimos ingresos por publicidad", subraya Webb. ProPublica tiene un presupuesto de 10 millones de dólares anuales (7,3 millones de euros) asegurado hasta 2012. De ese monto, dos terceras partes se dedican a las noticias. Dato que comparan con el de los principales periódicos tradicionales, que -según indican- suelen destinar un 15% del total de gastos. "Los Sandler decidirán si amplían [el presupuesto hasta 2012] otro año más a finales de año", añade Webb.
Cuando a finales de 2007 se hizo pública la intención de los Sandler de lanzar una agencia digital de investigación periodística, la idea fue recibida con grandes expectativas. "Nada de este tamaño y con este objetivo en la investigación se ha intentado antes en periodismo", escribió Jack Shafer en la web Slate, en octubre de 2007. Sin embargo, el hecho de que el propio Sandler se reservara el cargo de presidente hizo elevar una ceja a algunos. El propio Shafer llamó entonces la atención ante posibles influencias de los propios fundadores sobre la línea editorial. "Si yo fuera un redactor de opinión, pediría a Herbert Sandler que proporcionara a ProPublica la financiación para 10 años (100 millones de dólares), y dimitiera de su cargo en la presidencia de la organización, así nunca se sentiría tentado de echar a perder lo que podría resultar ser una gran idea". Una gran idea a la que el tiempo parece dar la razón y que ha recibido un espaldarazo considerable con la concesión del Pulitzer.
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