Condenado el religioso español preso en Chile por posesión de pornografía infantil
José Ángel Arregui, encarcelado desde agosto por tener 400 horas de vídeos de contenido pederasta, cumplirá un año y medio de cárcel más
La justicia chilena ha condenado hoy a 817 días de prisión al religioso español José Ángel Arregui Eraña (Bilbao, 1957) por posesión de pornografía infantil. Arregui deberá cumplir la pena de forma efectiva, sin beneficios ni remisión posible. Descontando los seis meses que lleva en prisión, le queda por cumplir algo más de año y medio de cárcel. Arregui fue detenido cuando guardaba 400 horas de vídeos de contenido pederasta, que incluían las grabaciones que él mismo filmó cuando presuntamente abusaba de al menos 15 alumnos de tres colegios españoles de la congregación de San Viator.
La fiscal pedía para él la condena máxima por el delito de almacenamiento de pornografía infantil: tres años de prisión. La pena ha sido decidida en un juicio abreviado en el que se han impuesto las tesis de la fiscalía y en el que la defensa de Arregui ha admitido su culpabilidad y limitado su estrategia, sin éxito, a lograr algún tipo de redención de condena.
Los informes psiquiátricos encargados por la fiscalía chilena, a los que ha accedido EL PAÍS, señalan que Arregui se esfuerza en describir lo que ha hecho -incluidos los presuntos abusos a menores que filmó en varios colegios en España- como algo aceptado socialmente. Los informes desaconsejan que pase parte de su pena en la calle. Su comportamiento "hace que cualquier medida de libertad vigilada sea ineficaz", dicen los médicos. Sostienen que Arregui intenta creer que su comportamiento era normal. "Los niños se prestaban para eso", ha asegurado a los expertos.
El religioso fue detenido en agosto del año pasado en Santiago de Chile. La policía chilena, que investigaba las entradas y salidas de varias comunidades pedófilas en Internet, localizó que alguien, desde la residencia El Señor Renca del Liceo Politécnico (trabajaba en labores de contabilidad para los viatores en Chile), se había descargado varios archivos con pornografía infantil. No les resultó muy complicado encontrarlos. Los ficheros se habían bajado desde el ordenador público de la residencia y utilizando la red inalámbrica comunitaria. Así, en el PC de la casa descubrieron una carpeta con el nombre de José Ángel en la que, originalmente, estaban los archivos, que habían sido borrados. Una investigación de los habitantes de la residencia de profesores les llevó a detener al español. Él mismo entregó a los policías de la Brigada de Investigación del Cibercrimen otros muchos archivos con fotografías y vídeos.
Pero además del material comprado o intercambiado con otros pedófilos, Arregui había producido también sus propias imágenes. Entre los centenares de vídeos en poder del religioso español se encontraron muchos en los que el protagonista era él mismo. El acento de los menores, la ropa y detalles del mobiliario permitieron a los investigadores chilenos determinar que las imágenes se habían grabado en España. En las instalaciones de al menos tres colegios pertenecientes a la congregación de los Clérigos Viatorianos (una comunidad religiosa de origen francés, presente en 15 países): el colegio San Viator de Madrid, el San Viator de Vizcaya y el San José de Basauri. Sin embargo, nunca hubo, según la congregación, denuncia oficial contra Arregui. Aunque muchos de sus alumnos de esa época pensaban que el religioso era "raro". "Nos olíamos algo. Había rumores de que le gustaba meter mano a los chicos", explica uno de sus estudiantes del San Viator de Madrid que prefiere mantener el anonimato.
Arregui está imputado en España por un delito de abusos sexuales a menores. Tras la sentencia en Chile, el juez que instruye el caso en España debe determinar ahora si le toma declaración y pide su extradición.
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