El asteroide Apofis pasará por debajo de la órbita geostacionaria en 2029
Nuevos cálculos disminuyen la probabilidad de que choque contra la Tierra en 2036
El asteroide Apofis pasará en 2029 a sólo 29.450 kilómetros (como mínimo) de la Tierra, por debajo de la órbita geostacionaria en la que están decenas de grandes satélites, pero el riesgo de que choque contra nuestro planeta siete años más tarde ha disminuido, tras los nuevos cálculos realizados por varios astrónomos. En el congreso de Ciencias Planetarias que se celebra esta semana en Puerto Rico, David Tholen, de la Universidad de Hawai, y Steve Chesley y Paul Chodas, del Jet Propulsion Laboratory, han presentado sus nuevas estimaciones, según las cuales la probabilidad de que Apofis choque con la Tierra en 2036 ha disminuido de 1 entre 45.000 a 1 entre 250.000.
Además, existe una nueva preocupación, respecto al pase del pequeño asteroide, de unos 270 metros, en una fecha todavía más lejana, 2068. Por eso, y para refinar todavía más los datos de su órbita para el futuro, cuando el asteroide reaparezca en 2010 por detrás del Sol, será objeto de nuevas y detalladas observaciones por equipos de todo el mundo.
Apofis fue descubierto en 2004 por Tholen, Fabrizio Bernardi (Universidad de Pisa) y Roy Tucker, de la Universidad de Arizona. Seis meses después de su descubrimiento los cálculos llegaron a indicar una probabilidad entre 37 de impacto el 13 de abril de 2029. Esta fecha fue descartada y se pasó a estudiar el siguiente acercamiento potencialmente peligroso, en 2036, también el 13 de abril. Ahora el riesgo se ha reducido, y probablemente lo hará todavía más. La preocupación es que la perturbación gravitatoria causada por su cercanísimo pase de la Tierra le sitúe en rumbo de colisión en la siguiente aproximación y eso es lo que todavía no está descartado totalmente.
El asteroirde está ahora demasiado cerca del Sol para ser observado. Las observaciones ópticas podrán reanudarse a finales de 2010 y las de radar en 2013, pero es muy posible que no se pueda saber con mayor seguridad la probabilidad de impacto para 2036 hasta que llegue en 2029, cuando será visible desde la Tierra sin instrumentos. Para entonces se conocerán su masa, su velocidad de rotación, su forma y sus características térmicas y luego se podrá evaluar la influencia en su trayectoria de su paso por la Tierra. Queda mucho tiempo, y cambios físicos muy pequeños pueden producir cambios muy grandes en el rumbo, explicaron los expertos en un congreso sobre Defensa Espacial celebrado este año en Granada.
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