Descubierto en Israel el cultivo más antiguo del mundo
Se trata de un higo de 11.400 años de antigüedad hallado en el Valle del Jordán
Investigadores israelíes han descubierto evidencias en el Valle del Jordán que demuestran que el ser humano comenzó a cultivar árboles y plantas hace 11.400 años. Así lo informa el diario The Jerusalem Post, que da cuenta de una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad Bar Ilán de Tel Aviv y que publica esta semana la revista científica Science.
En el artículo, el profesor Mordejai Kislev, la investigadora Anat Hartman y su colega Ofer Bar-Yosef dan a conocer el descubrimiento, entre los restos arqueológicos de una vivienda en la localidad de Gilgal, situada en el Valle del río Jordán, de lo que se cree que es la planta doméstica más antigua del mundo: un higo. El higo, que no tiene semillas fértiles, ha sido presentado como la evidencia más antigua de una planta cultivada por el hombre. Los frutos son una variedad de higos en los que la fruta se constituye y madura sin polinización. Estas frutas permanecen en el árbol en vez de desprenderse y los higos se vuelven suaves, dulces y comestibles.
Los expertos de la universidad de Bar Ilán, con los que colaboraron investigadores arqueológicos de Harvard, concluyen que los higos fósiles encontrados en Gilgal carecen de semillas porque sufrieron una mutación, que raramente se produce en higueras salvajes y que no podría haberse dado sin la ayuda humana. La investigación también pone de relieve detalles para entender lo que supuso la revolución agrícola, y destaca que los seres humanos aparentemente sabían cómo plantar árboles delicados como la higuera al inicio del neolítico (que concluyó hace 7.500 años), y de esta manera eran capaces de incrementar sus cosechas.
Ni lentejas ni garbanzos ni cebada
"A medida que se fue perfeccionando el cultivo de los higos, los esquejes de la planta fueron aparentemente transportados a zonas distantes y plantados, a fin de obtener nuevas cosechas en el futuro, tras varios años", refiere el artículo. El cultivo de este fruto se desarrolló de forma paralela a la siembra de semillas rústicas de avena del monte Tabor y de cebada salvaje, añade. El cultivo del higo, según escriben los investigadores israelíes, parece haber formado parte de una fase separada de los comienzos de la agricultura, entre el segundo período (siembra de cereales salvajes), y la tercera fase (siembra de cereales domesticados). "Fue muy fácil conseguir el higo. Se planta y las cosechas se obtienen pocos años después", destacan.
Hasta ahora, los expertos pensaban que la revolución agrícola -la esencial transición del período de caza y nomadismo hacia la agricultura- ocurrió hace 11.500 en el Creciente Fértil. Sin embargo, los científicos no se ponían de acuerdo sobre si fueron las lentejas y garbanzos los primeros cultivos, conforme mostraron fósiles encontrados en el sur de Turquía, o si la primera cosecha humana fue de cebada, en el actual Israel.
Los descubrimientos exigen "una nueva concepción sobre dónde comenzó la agricultura y cuál fue la planta pionera, porque los hallazgos de cereal y legumbre que fueron descubiertos en el sur de Turquía e Israel no son tan antiguos y la cosecha de higos en Israel podría haber precedido a la agricultura de Turquía", agrega el artículo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.