La vertiginosa huida de una estrella
Un grupo de astrónomos estudia las razones por las cuales un astro atraviesa imparable y a gran velocidad el halo exterior de la Vía Láctea
Una estrella con un tamaño ocho veces mayor que el Sol, denominada HE0457-5439, se ha escapado de la Gran Nube de Magallanes y atraviesa imparable el halo exterior de la Vía Láctea a una velocidad vertiginosa de 2,6 millones de kilómetros por hora. Lo que parece un parte policial intergaláctico o una conversación entre Spock y el capitán Kirk es, en realidad, el resumen del estudio hecho público hoy por un grupo de astrónomos del Observatorio Austral Europeo (ESO), que ha empleado el Telescopio de Gran Amplitud (VLT) de Cerro Paranal, al norte de Chile. Gracias al VLT, se pudo fotografiar ayer a la HE0457-5439.
Según Uli Heber, líder del grupo formado por científicos de la Universidad de Erlangen-Nürnberg (Alemania) y del Centro de Investigación Astrofísica de la Universidad de Hertfordshire (Inglaterra), la actual posición de la estrella sugiere que fue expulsada desde la Gran Nube de Magallanes, la galaxia más cercana a la Vía Láctea. Ya que modificar la órbita normal de una estrella en su galaxia exigiría algún cataclismo local o una circunstancia gravitacional excepcional, los científicos se inclinan por pensar que la fuga de esa estrella se debe a la presencia de un agujero negro masivo en la Gran Nube de Magallanes que, como una honda, habría ocasionado su expulsión.
Una engullida y otra despedida
Más concretamente, sugieren que la HE0457-5439 formaba parte de una estrella binaria -es decir, un sistema doble de dos estrellas girando una alrededor de la otra- y que, al cercarse al agujero negro, la más cercana al torbellino fue engullida y su compañera salió despedida violentamente. Pero no tiene nada que ver con el miedo, es pura física. La estrella masiva HE0457-5439, como se ha clasificado a la fugitiva, fue descubierta durante el programa de rastreo Hamburg/ESO y se encuentra a solo 160.000 años luz del Sol, en las afueras del halo de la Vía Láctea.
"Éste es un lugar poco usual para una estrella de este tipo: las estrellas masivas se encuentran comúnmente en el disco de la Vía Láctea", explica Ralf Napiwotzki, otro integrante del equipo. Napiwotzki añade que ésta es muy grande, muy joven -solo unos 30 millones de años- y con una composición química semejante a la de nuestro Sol. "Cuando calculamos cuánto tardaría la estrella en viajar desde el centro de nuestra galaxia hasta su posición actual, descubrimos que le hubiera tomado el equivalente a tres veces su edad", explica Heber. Esto significa que "o bien la estrella es más vieja de lo que parece, o nació y se aceleró en otro lugar".
La primera hipótesis se podría explicar si la estrella y su trayectoria fueran el resultado de la violenta colisión de dos astros, por lo que sería más vieja de lo que indica su tamaño -las estrellas grandes viven poco tiempo- y así hubiera podido viajar desde el centro de nuestra Vía Láctea. La segunda es la propuesta de los astrónomos de que la estrella ha salido despedida desde su cuna original, nuestra galaxia vecina Gran Nube de Magallanes. Para confirmar una de las dos teorías, los astrónomos planean realizar observaciones aún más detalladas que aclaren por fin el origen de esta estrella fugitiva.
No le afecta la gravedad
En todo caso, la extrema velocidad de la estrella hace que esté atravesando el borde de nuestra galaxia sin que le afecte la gravedad que mantiene unidos al Sol y a todas sus compañeras estelares de la Vía Láctea, y esté escapando imparable hacia el medio intergaláctico. Para evaluar las dos hipótesis sobre el origen de la estrella fugitiva, los astrónomos proponen más estudios sobre la composición química de la estrella y sobre los ángulos que forma su trayectoria con los centros de las dos posibles galaxias madre. Las estrellas de la Gran Nube de Magallanes tienen una composición distinta a la de nuestro Sol, generalmente con la mitad de elementos pesados como los metálicos, y el parecido químico de esta estrella con el Sol indicaría que pertenecía a la Vía Láctea.
Por otra parte, un ángulo muy amplio de la trayectoria de la estrella respecto al plano general de la vía láctea, y más cerrado respecto a la Gran Nube de Magallanes, indicaría que procede de nuestra galaxia vecina. En todo caso, a la estrella fugitiva solo parece capaz de detenerla, en su fuga hacia el espacio intergaláctico, una improbable colisión con otra estrella que circule más ordenadamente.
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