El anestesista Maeso niega tener el mismo virus que los pacientes a los que supuestamente infectó

El anestesista Juan Maeso, acusado de contagiar la hepatitis C a 276 pacientes en varios hospitales de Valencia entre 1988 y 1998, ha declarado hoy en el juicio que se sigue contra él que no padece el mismo virus que el resto de los afectados. El pasado lunes, en la primera jornada del proceso, reconoció que se había pinchado con agujas usadas antes con los pacientes, pero no al revés.

Maeso ha salido así al paso de un informe genético encargado por el Ministerio Fiscal en el que se revelaba tal coincidencia. A preguntas del juez, el anestesista ha reconocido que conocía dicho documento pero ha apuntado que no comparte sus conclusiones y que no tiene "ninguna validez". "Se han encargado de extender un velo con el tema de la drogadicción para restar credibilidad a mis argumentos", ha añadido.

En su primera comparecencia el lunes el acusado afirmó desconocer si padecía siquiera la enfermedad y aseguró que no tenía ninguna curiosidad por saberlo. En cualquier caso hoy ha recordado que la sangre no es la única vía de transmisión de la hepatitis y que también se puede contagiar por la sangre, por el cerumen del oído y "hasta por el aire del respirador del quirófano".

En este sentido, Maeso ha asegurado que ignora si ha contagiado dicha enfermedad "o el sarampión" a alguien, pero ha afirmado con rotundidad que si lo ha hecho, no ha sido a través de la forma de contagio que le achaca el fiscal, que sostiene que se inyectaba parte de la anestesia del paciente antes de sedarlo con la misma aguja.

Además, en unas declaraciones que han levantado la sorpresa en la sala, Maeso ha asegurado que podía realizar 144 horas seguidas de guardia. "Cuando quiera lo comprobamos", ha afirmado el acusado, quien ha afirmado además que en alguna ocasión, en otro país, llegó a estar conduciendo durante 48 horas.

Hoy ha comenzado la intervención de las acusaciones particulares que representan a mayor número de afectados. El fiscal solicita 2.214 años de cárcel para el anestesista por 276 delitos de lesiones, tres de ellos en concurso ideal con tres homicidios.