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Reportaje:MACROJUICIO POR LA INFECCIÓN MASIVA EN VALENCIA

El silencio de un hombre introvertido

Los compañeros de trabajo definen al anestesista acusado como una persona sin demasiadas habilidades sociales

Número de colegiado: 5.787. Juan Maeso Vélez, 63 años. Estudió medicina en Madrid y su primer destino fue Toledo. Eran los años sesenta. Hizo las milicias universitarias y, como teniente de complemento, se presentó a una plaza para en el hospital militar Gómez Ulla, de Madrid. La ganó, pero no llegó a ocuparla. El hospital La Fe de Valencia abrió y Maeso formó parte del equipo inicial. Pocos meses después sumaría el ejercicio en el hospital militar de Quart de Poblet (Valencia) en el servicio de guardia de la unidad de cuidados intensivos.

Maeso se casó, tuvo tres hijos, se separó hace más de diez años y es varias veces abuelo. Su recorrido desde la medicina general -entonces no existía el catálogo de especialidades- hasta la jefatura del servicio de anestesia del hospital maternal La Fe pasa por ginecología, traumatología y cirugía.

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La anestesia en quirófano acabará siendo su especialidad. Aliviar el dolor físico, dicen, era una de sus preocupaciones. Y durante años pasó por ser uno de los mejores en ella. En 1988, el hospital militar le abrió un parte por abandonar una guardia. Maeso defendió que en aquella UCI de Quart de Poblet no había nadie cuando dejó el centro para acudir a una urgencia en La Fe. El juez militar archivó el asunto. Tras ese enfrentamiento, Maeso renuncia y cambia el hospital militar por el centro privado Casa de Salud de Valencia.

Antes era introvertido; ahora es casi ermitaño, aseguran algunos de los que han trabajado con él. Entre sus habilidades no están las relaciones sociales. No era un habitual de las citas siquiera más comunes entre su entorno laboral. Se perdía entre deportes de riesgo, partidos de fútbol y viajes en moto. A finales de 1997, médicos de las mutuas de Iberdrola y Telefónica reclaman un estudio sobre la esterilización en la Casa de Salud al observar un aumento de casos de hepatitis C entre los usuarios. Estalla el escándalo.

El 4 de febrero de 1998, la Casa de Salud somete a pruebas de detección del virus al personal del centro. Cinco dan positivo, entre ellos, Juan Maeso, un cirujano que siguió trabajando y una encargada de esterilización que pasó a tareas administrativas. El resultado de las pruebas asoció un nombre al del contagio masivo de hepatitis C: el de Juan Maeso. Después aparecieron casos de hepatitis en los otros tres centros en los que había trabajado.

El 15 de abril de 1998, la Consejería de Sanidad abre un expediente sancionador contra él por consumo de opiáceos. El caso queda paralizado hasta que se resuelva el juicio penal, que hoy entra en su fase de juicio oral. Ese expediente supuso la suspensión de empleo primero, y en 2000, de empleo y sueldo. En 2004 se modificó el estatuto del personal médico de la Seguridad Social. Esa modificación le permite desde entonces cobrar un salario base, sobre el que pesa un embargo por fianza de responsabilidad civil.

El anestesista sostiene que no supo que tenía el virus de la hepatitis C hasta 1998. El fiscal dice que lo sabía desde 1993. El médico no admite la menor insinuación que le asocie con el consumo de estupefacientes. El fiscal la mantiene y reitera.

Juan Maeso es el único procesado por el contagio masivo de hepatitis C en cuatro hospitales valencianos. Aparece como el único nexo entre ellos. El análisis genético de su virus llevó a identificar e incluir en el sumario a los afectados con el virus idéntico. Sin embargo, en la causa hay dos pacientes con genotipo 1B, el de Maeso es 1A; hay unos 40 pacientes en cuyas historias clínicas aparece referencia a un anestesista distinto a Maeso (el fiscal entiende que eso no demuestra que el procesado no pudiera haber estado allí); y en 60 casos las diferencias en la secuenciación del virus oscilan entre tres y once puntos (inicialmente se planteó que se incluirían aquellas que tuvieran diferencias de entre cero y tres puntos). Juan Maeso ha callado hasta ahora. Su tiempo para responder a las acusaciones del fiscal empieza ahora.

El anestesista Juan Maeso, a su llegada al juzgado en 1998.
El anestesista Juan Maeso, a su llegada al juzgado en 1998.CARLES FRANCES

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