El Congreso de EE UU aprueba reducir los límites a la investigación con células madre
El presidente Bush ha reiterado su oposición al proyecto y amenaza con vetarlo
La Cámara de Representantes de EE UU ha aprobado un proyecto que reduce las restricciones a la investigación con células madre embrionarias. Este proyecto, que el presidente, George W. Bush, ha amenazado con vetar, ha sido aprobado por 238 votos a favor y 194 en contra.
Los partidarios de esta iniciativa han defendido que la investigación ayudará a encontrar terapias para muchas enfermedades incurables. Sus detractores se oponen porque señalan que el empleo de embriones para ese tipo de investigaciones es equivalente a un aborto. En este sentido, Tom DeLay, líder de la mayoría republicana en la
Cámara de Representantes, ha señalado que el proyecto obligará a los contribuyentes a financiar "el desmembramiento de seres humanos".
Aun cuando el margen de aprobación ha sido amplio, no alcanza sin embargo para superar la mayoría de dos tercios que se necesitan para parar el amenazador veto de Bush.
La Cámara de Representantes aprueba así el uso de fondos federales en esta investigación que tantas expectativas h despertado en todo el mundo. En todo caso, Bush reiteró antes de la votación su oposición al proyecto, que considera "un grave error", y su amenaza de vetarlo, lo que supondría su primera medida de este tipo desde su llegada al poder en enero de 2001. El proyecto de ley, del que se ha presentado ante el Senado una versión similar, supondría el fin de la política que el Gobierno estadounidense impuso en 2001, cuando decretó restricciones a las ayudas económicas del Estado para este tipo de investigaciones.
El proyecto de ley, presentado por el republicano Mike Castle, cuenta con 200 patrocinadores y pide que el Departamento de Salud autorice investigaciones con células madre embrionarias, "sin importar la fecha en que fueron derivadas de un embrión humano". Los autores del proyecto limitan, sin embargo, las investigaciones a células madre que hayan sido derivadas únicamente de embriones donados o descartados por clínicas de tratamiento de fertilidad -sin compensación de ningún tipo para los donantes- y que jamás serían implantados.
Una fuerte campaña en contra
Ese año, Bush autorizó el uso de fondos federales para las investigaciones con células madre embrionarias -capaces de regenerar tejidos dañados, por ejemplo-, pero lo limitó a 78 líneas existentes. El proyecto de ley se ha ganado el inmediato rechazo de grupos religiosos y conservadores, como el Comité Nacional del Derecho a la Vida, que consideran que la medida alienta la destrucción de embriones humanos.
Pero la medida también tiene apoyo entre grupos que consideran, como los científicos, que contribuirá a que algún día se encuentre cura para numerosas enfermedades crónicas, como la diabetes, el mal de Parkinson o el de Alzheimer.
El viernes pasado, la noticia de que un equipo de científicos coreanos había conseguido obtener 11 líneas de células madre procedentes de embriones clonados de nueve enfermos dio la vuelta al mundo. En su valoración de este avance científico, el mandatario estadounidense dijo que se oponía al uso de fondos públicos para "promover una ciencia que destruya la vida para salvarla". Bush añadió, en clave interna: "He dejado bien claro al Congreso que estoy en contra de que se use el dinero de los contribuyentes para este fin. Por tanto, vetaría una ley así". Esta misma noche, en un breve discurso en la Casa Blanca, antes de que la Cámara comience a debatir el proyecto, Bush ha subrayado que "cada vida es un regalo que no tiene precio y de un valor sin par".
La investigación con células madre representa "una gran promesa", siempre y cuando se limite a las procedentes de adultos o del cordón umbilical, ha señalado Bush, quien ha recordado que su Gobierno ha doblado la asignación presupuestaria a ese tipo de pruebas. Sin embargo, en su opinión las pruebas embrionarias "ponen en juego graves cuestiones morales", por cuanto requieren "la destrucción intencionada de embriones vivos". "Cada embrión es un ser único. Esas vidas no son una materia prima que se pueda explotar", ha sentenciado el presidente de EE UU, ante una audiencia compuesta, en su mayoría, de padres de niños adoptados cuando estaban en estado embrionario.
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