Los acusados de acosar a Jokin admiten "burlas y cachetes" pero niegan haberle pegado palizas
Comienza en San Sebastián el juicio por la muerte de este adolescente, que se suicidó en septiembre de 2004 en la localidad guipuzcoana de Hondarribia
Los ocho menores, siete chicos y una chica, que están siendo juzgados desde hoy por el acoso que presuntamente sufrió el joven Jokin C.L., que se suicidó el 21 de septiembre del año pasado en Hondarribia (Guipúzcoa), han admitido hoy haberle dado algún cachete y haberse mofado de él, aunque han negado haberle propinado palizas, según han informado fuentes jurídicas.
Estos menores han declarado hoy en la primera sesión del juicio se está celebrando en San Sebastián a puerta cerrada por la muerte de Jokin C.L., quien murió el pasado 21 de septiembre al arrojarse desde la muralla de Hondarribia, al parecer, por el acoso al que le sometían algunos de sus compañeros del Instituto Talaia. Las citadas fuentes han explicado que los menores procesados, que han acudido a declarar en compañía de sus padres y de un observador del Departamento de Educación del Gobierno vasco, que asiste a la vista en calidad de observador, han mantenido la versión que ya prestaron durante la fase de instrucción del caso, cuando declararon que ellos únicamente participaron de las burlas y cachetes que el joven recibía de forma sistemática y generalizada por parte de sus compañeros de clase e incluso de otros cursos del instituto.
Estos menores han dado a entender además, según las mismas fuentes consultadas, que estas agresiones no respondían a un acoso organizado, al tiempo que han afirmado que además de ellos otros menores participaron en estas burlas. También han declarado hoy, en sesiones de mañana y tarde, 18 menores, testigos protegidos en el caso, compañeros de clase y conocidos de los imputados y de Jokin, quienes han prestado testimonio tras un biombo para preservar su identidad. Según las fuentes, los testimonios de estos jóvenes han sido un tanto contradictorios, ya que algunos no se acordaban con precisión de los hechos y, mientras varios han responsabilizado a los acusados, otros han asegurado que más personas participaron en el presunto acoso que habría sufrido Jokin también fuera de clase.
"Un día importante" para la familia
En el juicio también han testificado el padre de Jokin C.L. y la jefa de estudios del instituto Talaia, Concepción Salaberria. Esta última ha recordado, según las fuentes jurídicas, que los ocho acusados admitieron haber acosado a Jokin con distinta intensidad. Salaberria está imputada en las dilgencias judiciales abiertas en Irún tras la denucnia interpuesta por la familia de Jokin contra resposbales del instituto en el que estudiaba. Además han declarado dos psiquiatras propuestos por la acusación particular, que ejerce la familia, y por la defensa. Las mismas fuentes han explicado que el psiquiatra propuesto por la acusación particular ha señalado que el acoso sufrido por Jokin le causó un "daño psíquico" que le pudo llevar al suicidio, mientras que el propuesto por la defensa ha considerado que esto es "absolutamente imposible".
El juicio, que no se celebra en las instalaciones del Juzgado de Menores sino en una dependencia del Palacio de Justicia de San Sebastián, continuará el próximo miércoles y no mañana, por problemas de ocupación de la sala, dotada de los medios necesarios para preservar la identidad de los testigos protegidos. En la sesión del miércoles se tomará declaración a un testigo protegido que no ha acudido a la vista de hoy, y se volverá a citar a la madre de Jokin, quien no ha testificado al presentar su abogado un justificante médico en el que su psiquiatra recomendaba que la mujer no reviva nuevamente la trágica muerte de su hijo. Está previsto que posteriormente la fiscal y los abogados de la acusación particular y de la defensa den a conocer sus informes y sus peticiones definitivas de penas, tras lo cual el juicio quedará visto para sentencia.
El Ministerio Público imputa a los acusados un delito de malos tratos y una falta de lesiones, por los que solicita para ellos distintas penas de libertad vigilada, tareas socio-educativas y prestaciones en beneficio de la comunidad. La acusación particular les responsabiliza de un delito de inducción al suicidio, otro de maltrato y un tercero de lesiones, además de una falta por este mismo motivo, y reclama condenas que suman cuatro años y seis meses de reclusión en un centro de régimen cerrado para cada uno de ellos, mientras que la defensa de los menores reclama la absolución de sus clientes al considerar que ellos no participaron en las presuntas agresiones. El portavoz de la familia y tío del fallecido, Miguel Ángel Ceberio, ha señalado que "desgraciadamente" hoy es "un día importante". "Lo mejor habría sido que este día no hubiera sido necesario, que no estuviéramos aquí. Pero, dado que lo ocurrido es irremediable, es un día importante".
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