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De la Vega insiste en que los matrimonios entre gays son constitucionales

Más de 3.200 católicos se concentran en Sevilla y Madrid para mostrar su rechazo a las medidas del Gobierno

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha insistido hoy, en declaraciones a la Cadena SER, en que el proyecto del Ejecutivo de regularizar los matrimonios homosexuales está dentro de la Constitución. De la Vega ha afirmado que el Consejo de Estado no cuestiona la consitucionalidad del proyecto aunque considera que la reforma debería hacerse bajo otra denominación diferente a la de "matrimonio". Mientras tanto, hoy se han producido las primeras concentraciones de católicos para mostrar su rechazo a las medidas del Gobierno: 3.000 personas en Sevilla y 250 en Madrid.

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El informe no es vinculante para el Gobierno, que en cualquier caso estaba seguro desde un principio de la constitucionalidad de su proyecto. Probablemente, el Consejo de ministros aprobará definitivamente esta reforma la semana próxima. El pleno del Consejo de Estado aprobó ayer el dictamen sobre el proyecto del Ejecutivo para legalizar los matrimonios homosexuales. En su dictamen, el Consejo no cuestiona la constitucionalidad de la reforma del Código Civil para permitir las bodas entre gays y lesbianas. Sin embargo, este órgano consultivo sí plantea algunas dudas sobre el uso del término "matrimonio" para definir esas uniones. La Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGT) y la Fundación Triángulo han rechazado hoy el informe, ya que, en su opinión, atenta contra la igualdad.

La presidenta de la FELGT, Beatriz Gimeno, ha señalado que las apreciaciones del Consejo de Estado son "absurdas" y recogen "demasiado fielmente las posiciones conservadoras y contrarias al Gobierno". Mientras tanto, unas 3.000 personas se han concentrado hoy en Sevilla y otras 250 en Madrid, convocadas por grupos católicos, para "salir a la calle", demostrar que son "una realidad" y "dar testimonio" de su presencia pública. La concentración de Sevilla ha tenido lugar a mediodía y ha contado con la asistencia de varios miles de personas, en su mayoría familias con niños y ancianos, que ocupaban toda la superficie de la plaza Virgen de los Reyes, a los pies de la Giralda. Dirigidos por tres jóvenes con ayuda de un megáfono, los asistentes han comenzado la protesta rezando el ángelus y han concluido con tres minutos de silencio "para pedir a Dios" que les dé fuerzas para cumplir su "misión en el mundo de hoy" y "estar presentes como la levadura en la masa".

Abandonar "falsos complejos"

Los manifestantes han sido convocados con octavillas que afirmaban: "Los católicos no queremos molestar a nadie, respetamos a todos, pero sí queremos manifestar con nuestra presencia que los católicos, en España, somos una realidad". La convocatoria tenía por objeto "ser una llamada de atención" en primer lugar a ellos mismos, para que abandonen "falsos complejos" y tomen "conciencia del papel" que están "llamados a jugar en nuestra sociedad". En Madrid, entre 200 y 250 personas se han concentrado durante media hora en la puerta principal de la Catedral de La Almudena para mostrar su rechazo a varias medidas legislativas del Gobierno, al consideran que vulneran los derechos de los católicos.

Los concentrados han lamentado la poca gente que ha acudido al acto y lo han achacado a la descoordinación, ya que han asegurado hanerse enterado mediante "el boca a boca" o a través de llamadas de teléfono de amigos y conocidos. El secretario general de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, recordó la semana pasada que esta concentración no tenía "nada que ver con los obispos ni con la Conferencia Episcopal" ni "con ninguna organización católica" sino que era una convocatoria anónima. No obstante, entre los asistentes se encontraban miembros de las Comunidades Neocatecomenales y de otras organizaciones católicas, aunque todos han insistido en que no habían sido convocados por ellas. Los concentrados han cantado villancicos y canciones religiosas y, cogidos de las manos, han rezado el Padrenuestro y el Credo, aunque en ningún momento corearon ninguna consigna.

La mayor parte de las protestas iban encaminadas a las medidas en materia de educación religiosa del Gobierno, al que piden: "Que nos deje educar a nuestros hijos como queremos, tanto en la escuela pública como en la privada". Una señora, miembro de El Camino y que se identificó como Conchita, ha asegurado que "el Gobierno está atacando a la religión, que sólo dice cosas buenas" y ha considerado que la jerarquía católica no había apoyado el acto "porque no quiere significarse políticamente". Otro de los concentrados, que no ha querido dar su nombre, ha subrayado que con la concentración sólo pretendían defender los derechos de los católicos "que son derechos fundamentales", al tiempo que ha asegurado sentirse "hostigado" por ser católico.

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