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Reportaje:

El hielo mató a los dinosaurios

Resultados científicos dan más fuerza a la teoría de la catástrofe global causada por el impacto de un gran asteroide

El plancton es la última prueba en la investigación de las causas de la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años, en todo el mundo. El principal acusado sigue siendo, a la luz de un estudio de científicos italianos, holandeses y estadounidenses publicado en la revista Geology, un asteroide que tropezó con la Tierra.

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Los reptiles más grandes del planeta desaparecieron, misteriosamente, casi al mismo tiempo. Este es el hecho que hace que la mayoría de teorías se inclinen por explicar la extinción con una gran catástrofe, que además tuvo que ser mundial, ya que los dinosaurios se repartían entonces por todas las tierras emergidas, formadas por las dos gigantescas masas continentales en que se había dividido el supercontinente Pangea.

Eso reduce el número de sospechosos, de los cuales el más creíble sigue siendo el asteroide. Desde los años 80 la extinción de los dinosaurios al final del Cretácico se explica con el impacto, en lo que hoy es el Caribe y la península centroamericana del Yucatán (en México), de una gran roca errante en el espacio y capturada por la gravedad terrestre.

La huella dejada en la corteza terrestre por el choque, observada bien desde el aire, es el primer apoyo de esta teoría. La prueba aportada ahora no es geológica, sino biológica, y un poco más pequeña, microscópica. Se trata de fósiles de microorganismos encontrados en Túnez, al norte de África, que corresponden a aguas muy frías, pero que aparecen en lo que era un mar mucho más cálido que su hábitat natural. Eso indica que el agua sufrió un enfriamiento "repentino", en términos geológicos.

Las piezas encajan. El impacto del asteroide lanzó a la atmósfera grandes cantidades de partículas de azufre, como las que escupen algunas erupciones volcánicas, tantas que se acumularon en la alta atmósfera, reflejando la luz solar que debiera haber iluminado la corteza y la atmósfera.

El resultado del descenso en la energía solar recibida fue una ola de frío a escala mundial que duró varios siglos, destruyendo las frágiles condiciones en las que los dinosaurios reinaban sobre la Tierra. Un terrible suceso del que se aprovecharon unos oportunistas, los ancestros de los mamíferos.

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