Evolucionar a base de regañinas
Dos expertos españoles afirman que la aprobación de la conducta de los hijos contribuyó al desarrollo de los homínidos
Hasta ahora se pensaba que los homínidos lograron dar el salto evolutivo gracias a la habilidad de imitar comportamientos que contribuían a su supervivencia. Sin embargo, dos expertos españoles creen que para ello fue fundamental una capacidad nueva y ausente en primates no humanos: la de aprobar y desaprobar la conducta aprendida por los hijos. Según estos expertos, estas regañinas suponen la modalidad primaria de la enseñanza.
Laureano Castro y Miguel Angel Toro, del departamento de Mejora Genética Animal del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentario de Madrid, acaban de publicar en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) un estudio en el que sugieren que la capacidad de aprobación y desaprobación la tenían unos homínidos que ellos denominan assessors (consejeros).
Su tesis es que para transformar el aprendizaje social de los homínidos, que generó culturas rudimentarias como las que tienen algunas poblaciones de chimpancés, en un sistema de herencia cultural acumulativo similar al humano fue precisa esa capacidad. Los homínidos assessors podían transmitir información sobre el valor de las conductas de una generación a la siguiente, "haciendo el aprendizaje social más preciso y menos costoso".
Los consejeros se imponen a los imitadores
Con la reprobación se ayudaba a modificar las conductas mal imitadas y permitía a los padres transmitir información sobre lo que no se debía hacer, "facilitando el rechazo de determinadas conductas sin necesidad de experimentar sus consecuencias negativas". La aprobación favorecía la implantación de conductas "cuya evaluación positiva es difícil para el individuo que las experimenta y actuaba como un refuerzo eficaz para su aceptación".
Castro y Toro han elaborado un modelo matemático que sugiere que, en un escenario evolutivo hipotético en el que coexisten homínidos imitadores y assessors, los genes de estos últimos se propagaron en la población desplazando a los exclusivamente imitadores. Su propuesta representa una alternativa a los modelos clásicos utilizados en el campo de la evolución de la cultura, que conciben la transmisión cultural como un sistema esencialmente replicativo basado en una imitación eficiente.
Los autores españoles consideran que la transmisión de la evaluación otorgada a la conducta aprendida entre padres e hijos es un proceso cultural nuevo, ausente en primates no humanos, que debe ser considerado como la modalidad primaria de enseñanza. Las repercusiones de su modelo, añade Castro, son "fundamentalmente teóricas" e inciden de manera directa sobre el análisis de los factores responsables de la aparición del ser humano.
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