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La NASA descubre el chorro de rayos X más alejado de la Tierra

Permitirá investigar la radiación de hace 12.000 años

Los astrónomos descubrieron el chorro de rayos X más distante de la Tierra, que puede ofrecer información sobre la radiación cósmica que existía hace unos 12.000 millones de años, ha informado hoy la NASA. La fuente de rayos X procede de un quásar muy lejano, el GB1508+5714, que ha sido estudiado por el telescopio espacial Chandra, especialmente preparado para la investigación de este tipo de rayos.

"Este chorro es especialmente importante porque nos permite investigar la radicación de fondo que había 1.400 millones de años después del Big Bang", ha explicado Aneta Siemiginowska, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en Cambridge (Massachusetts).

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Hasta ahora, el chorro de rayos X más distante que se conocía correspondía a unos 3.000 millones de años después del Big Bang, la gigantesca explosión que los astrónomos creen que dio comienzo el Universo.

Galaxias con agujero negro

Se cree que los quásares son galaxias que albergan en su centro un enorme agujero negro, que es alimentado a su vez por estrellas y gas que caen dentro de su campo de atracción. Esa acción, a su vez, va acompañada por la generación de grandes chorros de rayos de energía de alta potencia, cuyos rayos salen despedidos a velocidades próximas a la de la luz (300.000 kilómetros por segundo).

Los electrones de esos chorros chocan con la radiación de fondo que quedó flotando en el espacio tras la fase inicial del estallido del Universo, lo que genera un aumento de la emisión de rayos X. El nivel de brillo de los rayos X del chorro depende de la potencia del haz de electrones y de la intensidad de la radiación de fondo, por lo que el estudio de esos rayos permite a los científicos estudiar la radiación inicial, un resto de la creación del Universo.

"Este chorro (de rayos X) es el primero de un gran conjunto de objetos distantes que pueden ser usados para explicarnos cómo cambió con el tiempo la radiación de fondo", ha indicado por su parte Siemiginowska, investigadora principal del grupo, que publica esta semana un artículo en la revista Astrophysical Journal Letters.

La fuente de energía procede de un quásar, ilustrado por la NASA en la imagen grande. La pequeña está tomada por Chandra.
La fuente de energía procede de un quásar, ilustrado por la NASA en la imagen grande. La pequeña está tomada por Chandra.NASA

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