Los padres del García Quintana podrán seguir los trabajos del grupo de expertos
Cerca de un centenar de personas acamparon en el colegio para hacer guardia durante toda la noche y evitar así su desmantelación
Los padres de los alumnos del colegio público García Quintana de Valladolid, cerrado el jueves por la Junta de Castilla-León, podrán seguir los trabajos de la comisión de expertos independientes -formada por miembros del Instituto Carlos III y del Instituto Nacional del Cáncer y especialistas en epidemiología, oncología, pediatría y hematología- que investigará las causas de los cuatro casos de cáncer diagnosticados en el centro en menos de un año.
Tras mantener una entrevista con el consejero de Educación, Tomás Villanueva, los padres han llegado a un acuerdo por el que han abandonado esta madrugada su ocupación de los aledaños del edificio. Por su parte, la Junta, que no ha retirado la orden de cierre del colegio, se ha comprometido a no trasladar los muebles y pupitres al centro Giner de los Ríos, donde la Administración regional pretende reubicar a 450 alumnos.
El acuerdo no incluye la principal exigencia de los padres, que la Junta levante la orden de cierre preventivo del colegio tomada a instancias de Sanidad, pero ha accedido a buscar alternativas al traslado de los alumnos al Giner de los Ríos. Así, la Junta escuchará la opinión de los padres y estudiará sus prefenrencias a la hora de reinstalar a los niños.
Los padres habían permanecido acampados ante las puertas del centro escolar vallisoletano todo el día, desde que el colegio amaneciera rodeado de policías que impedían su entrada. Para los padres, todo esto es "ilegal", por lo que sus representantes, acompañados del director del colegio, presentaron por la mañana una denuncia ante el juzgado de guardia por el cierre temporal del centro y aseguraron que la clausura no tiene otro objeto "que posibilitar la vuelta al funcionamiento de las antenas".
Además, el portavoz de la Asamblea de Padres, Luis Martín, anunció la organización de "piquetes" ante la puerta del edificio "para impedir el cierre y desmantelamiento del centro".
Los integrantes de la plataforma se oponen al cierre del colegio por considerar que la Junta no ha aportado razones de peso y por entender que la decisión constituye un "castigo", en palabras de Martín, quien, además, calificó de "incongruencia" que se clausure el colegio por motivos sanitarios y, por otro lado, se saque el mobiliario para llevarlo a otro sitio, "cuando no hay garantías de que esos enseres no estén contaminados de radiactividad".
Mientras tanto, la Policía Nacional no dejaba entrar a nadie en las dependencias salvo que presentara una de las acreditaciones facilitadas a la dirección del centro por los
responsables provinciales de Educación.
A las 16,30 horas, el director del centro, Emilio Durán, acompañado de un guardia jurado y con el carné de identidad en la mano, entraron en el centro, pero sólo para recoger sus pertenencias. Poco después, a las 16,50 horas, unos operarios de la empresa de mantenimiento EULEN cambiaron la cerradura de la puerta principal del colegio e instalaron una cadena en la puerta trasera.
Los padres, que no abandonaron la puerta del centro en todo el día, comieron allí unas pizzas, mientras en colegio comenzaban los trabajos para vaciar las aulas. Al caer la noche y bajo una incesante lluvia, unas 100 personas, entre ellas numerosos padres de alumnos del colegio, montaron una tienda de campaña en la puerta con el fin de hacer guardia e impedir que se sacaran los muebles.
Las protestas de los padres de los alumnos del García Quintana tuvieron eco en el centro de Valladolid, en la que se ubica el colegio. El presidente de la Asociación de Vecinos de la Zona Centro de Valladolid, Raúl Fuertes, anunció también ante el colegio que presentará ante el jefe del servicio territorial de Sanidad y Bienestar Social de Valladolid una solicitud para que inspeccionen los edificios adyacentes al colegio y al inmueble en el que hasta hace una semana estaban activas varias antenas de telefonía.
El parque de antenas, un grupo de 36 antenas que corona un edificio a 46 metros del colegio, fue desactivado el pasado 26 de diciembre a instancias del Juzgado de Instrucción número 2 de Valladolid, que ayer ratificó tanto la orden de cierre como la de desmantelamiento.
Fuertes charló a las puertas del colegio con una de las vecinas del inmueble número 7 de la calle López Gómez, adyacente al que tiene las antenas y se interesó por los al parecer varios casos de enfermos de cáncer que hay en el edificio.
