Sexo durante la regla: lo que conviene saber para disfrutar (más) de la experiencia
Beneficios, mitos o prevención. Hablamos con una sexóloga sobre cómo sacar el máximo provecho a esta práctica de la que se habla poco.
El tabú es doble cuando se habla de menstruación y relaciones sexuales. Ni un año ha pasado desde que llegara por fin a las pantallas el primer anuncio en el que la regla se representa con un líquido rojo y no azul. El pudor, la falta de información al respecto y los mitos alimentados durante siglos de historia han restado normalidad al hecho de que a la persona que menstrúa le apetezca tener un encuentro sexual o masturbarse durante el sangrado menstrual. Un estudio conjunto de la plataforma Clue (una app que ayuda a llevar el control del ciclo) y de Kinsey Institute a principios de este año, apunta que solo el 15% de las mujeres menstruantes acostumbra a tener relaciones sexuales durante su regla. ¿Cómo puede entonces ese 85% restante incluirlo en su vida o, si ya lo hace, conseguir practicarlo con mayor disfrute? La psicóloga clínica y sexóloga Carme Sánchez, codirectora del Institut de Sexologia de Barcelona, cuenta a S Moda que “experimentar, escucharse y comentarlo con naturalidad con la persona con la que se mantiene el encuentro sexual” son algunas de las claves.
“El placer de la mujer en las relaciones sexuales es algo que, aunque antes se contemplara puntualmente, se ha reconocido más en la actualidad”, explica Carme Sánchez. La finalidad reproductiva ha primado por creencias culturales y religiosas, las mismas que a su vez han tachado históricamente los periodos como algo sucio e impuro. Mitos como el de las plantas que se mueren solo por regarlas en plena menstruación o que la mayonesa se corta al batirla suenan arcaicos y extinguidos. Pero no, aunque el cambio de mentalidad se está dando, “frases del tipo ‘no hemos podido hacer nada porque me ha venido la regla’ (escuchada sobre todo en parejas heterosexuales), se siguen verbalizando con relativa frecuencia dentro de las consultas”.
La falta de información se hace latente. Según la investigación de Clue y Kinsey Institute, el 30% de los encuestados reconocía preocuparse menos por la posibilidad de embarazo al tener relaciones sexuales durante la menstruación. La idea falsa de que durante estos días la mujer no se puede quedar embarazada aún permanece, aunque es cierto que la probabilidad es menor que cuando se está ovulando. Carme Sánchez apunta que, de igual manera, las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual) son algo cuyo alcance se debe tener en cuenta, “el riesgo de transmisión aumenta incluso durante estos días” (se debe a la mayor dilatación del cuello de la matriz que se da para expulsar el periodo y permite una mayor fluidez). La recomendación es “siempre protegerse”, más aún cuando no se tienen relaciones con una pareja estable.
¿Qué tiene de bueno? El aumento de placer, la lubricación extra que proporciona la sangre y la posibilidad de hacer que disminuyan síntomas menstruales como el dolor de ovarios o de cabeza son algunos de los beneficios que se le reconoce. “Durante el orgasmo se liberan endorfinas, eso hace que se disminuya el malestar que se tiene durante la menstruación”, cuenta la sexóloga. Ayuda a terminar antes con el sangrado, “las mismas contracciones que se producen durante el orgasmo facilitan la liberación del endometrio. También, al haber más congestión, se puede crear una sensación que favorezca y resulte más gustosa, aunque hay mujeres que pueden vivir esas contracciones con malestar”.
Probar y experimentar. “La experiencia depende de cada una y de sus circunstancias, lo ideal es probarlo y registrarlo y, desde ahí, decidir qué y cómo nos apetece”. Hacerlo sola, con masturbación, es una buena forma de empezar a detectar cómo nos hace sentir -también de disfrutarlo sin más-. Desde ahí será más fácil entender cómo gusta y, posteriormente, contar preferencias o marcar límites con la persona con quien mantengo el encuentro. Como explica la sexóloga Carme Sánchez, “tener relaciones sexuales no siempre implica que haya penetración. Con métodos como la copa menstrual o los tampones se puede realizar otro tipo de actividad que satisfaga sin que la higiene resulte un engorro”. De hecho, el 48% de esas mujeres con la regla de los más de 90.000 encuestados por el estudio ya citado, dicen evitar todo contacto sexual con sus genitales esos días y el 41% reconocía centrarse en estimular a su pareja, en vez de a su propio placer.
Si se quiere ganar libertad en ese aspecto, además de copas menstruales y tampones, existen otras opciones para quien pretende no manchar o hacerlo lo menos posible. Usar un preservativo femenino, o los discos menstruales desechables como los de Flex para sostener la menstruación y que, según explican en su web, “se colocan justo después del canal vaginal y no se puede sentir en absoluto una vez en su lugar” (se venden en paquetes de diferentes tamaños y a un euro cada uno aproximadamente). Recurrir a una toalla oscura, a un juego de sábanas desterrado o a la ducha son algunas de las soluciones clásicas y más económicas. Para personas sofisticadas, la manta Period Sex Blanket de Thinx, que garantiza la absorción con cuatro capas y fácil limpieza. ¿Su precio? 324 euros.
https://www.instagram.com/p/Bki4jxlBmgU/?taken-by=shethinx
“En lo sexual pasa muchas veces que contar lo que nos ocurre supone un corte. Es fundamental comentar con naturalidad este tipo de realidades”, explica Carme. Aprovechar que precisamente el debate sobre el deseo sexual y el consentimiento están muy presentes en nuestra sociedad -la última reacción ha sido la de la ministra Carmen Calvo, con sus propuestas en materia de igualdad- para recordar que lo que se haga sea “por gusto, porque de verdad apetece y sin presiones”, concluye la sexóloga.
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