Lily Gladstone, protagonista en ‘Los asesinos de la luna’: “La nación osage ha sobrevivido al fin del mundo muchas veces”
Si su nominación al Oscar por su papel en la nueva de Scorsese se confirma, sería la segunda mujer indígena después de Jocelyn LaGarde y la segunda nativa americana en recoger la estatuilla
A estas alturas del año, sin huelga de actores de Hollywood mediante, el nombre de Lily Gladstone (Kalispell, Montana, Estados Unidos, 37 años) se leería en medios de todo el mundo. Tras el estreno en el pasado Festival de Cannes de Los asesinos de la luna, la adaptación firmada por Martin Scorsese del libro homónimo del periodista David Grann, la actriz nativa americana se convirtió en la gran sorpresa, en la interpretación más celebrada, en un nombre asegurado en todos los premios del año. Entre tanto ruido mediático, ella permanecía serena, con los pies y los pensamientos enraizados en la tierra. Su educación y herencias de las tribus pies negros y nez percé (nariz agujereada en francés) le ofrecen esa calma y una concepción más realista y paciente del tiempo. Precisamente, esa capacidad de observación en silencio, diciendo todo con su profunda mirada, fue la que vio Kelly Reichardt cuando le dio su primer papel en Certain Women (2016) y la que ha visto Scorsese para hacer de Gladstone el corazón de esta historia que, por fin, debería cambiar el curso de su carrera. Aunque eso a ella le importa poco. “No es otro filme de blancos salvadores”, afirma. Es una película destinada a ofrecer algo de justicia a la nación osage, que en los años veinte del siglo pasado fue asesinada y arrinconada por codiciosos hombres blancos que querían robarles el dinero que pertenecía a la tribu india por el petróleo bajo el suelo de su reserva en Oklahoma. Encarnando a Mollie Burkhart, una osage que vio cómo su familia era asesinada por las ambiciones de la familia de su marido (interpretado por Leonardo DiCaprio), Gladstone ha encontrado una conexión con su pasado y su comunidad y una plataforma hacia la sociedad.
De estar a punto de dejar la interpretación a ser celebrada en Cannes, ¿cómo se digiere eso? [Se ríe] Así fue. Ha habido muchas veces en las que casi he dejado la interpretación. Tuve ese momento justo antes de que Kelly Reichardt me llamara por Certain Women, cuando trabajaba contando la historia de mi comunidad a niños en teatros locales. Y después también lo pensé. Nunca he querido mudarme a Los Ángeles a hacer castings sin parar porque me di cuenta muy pronto de que yo no valgo para eso. Y tras Certain Women, con el covid, cuidando de mi abuela, vi que pensar en una carrera como actriz no era sostenible. Estaba en ese momento poscovid en el que todos nos replanteamos muchas cosas y empecé a mirar otras opciones.
¿Cuál era su plan b? Quería hacer trabajos que fueran relevantes, que tuvieran un impacto en la sociedad, que me mantuvieran ocupada, pero no supusieran un peligro para mi familia por covid; y vi un curso de análisis de datos para traquear a las avispas gigantes asiáticas que son depredadores. [SE RÍE] Es raro, lo sé, pero es que me encantan las abejas, sobre todo, las bombus [abejorros], las abejas productoras de miel son geniales, sí, pero es que las bombus… podría hablar mucho de abejas. Estaba mirando la web de la universidad de Montana, iba a meter mi información bancaria para el curso cuando me saltó la alerta para la reunión con Scorsese. Aluciné porque había hecho el casting como un año antes, y creía que no iba a suceder. Fue una sorpresa mayor aun cuando vi que el primer paso era hablar directamente con Marty, y el siguiente, una reunión con Marty y Leo que, por suerte, fue por Zoom, desde mi habitación, rodeada de mis padres y familia, apoyándome, era mi territorio. Dos semanas después, exactamente el 1 de diciembre, en el cumpleaños de Mollie, me dijeron que el papel era mío.
La querían, además, como colaboradora en el guion, no solo como actriz. En el primer casting que hice la historia era más como en el libro, pero en esta segunda reunión con el cambio del guion, un cambio que yo veía necesario, la historia estaba centrada en los osage. Ante este gran vuelco cultural que estamos viviendo, y esperemos que siga teniendo un impacto en la justicia social, al menos Leo y Marty sintieron que no era el momento para otra historia de hombre salvador blanco.
Es el tiempo de las mujeres y, además, en este caso, de la mujer nativa. Agradecí mucho que no cambiaran a la Mollie que aparece en el libro. Entiendo que parecía complicado poner al frente a un personaje que no dice demasiado, pero ese es el poder y la magia del cine. Por eso me encantan las películas de Kelly Reichardt, te hace mirar a todos los personajes que hay en la imagen, no solo al que está en el centro. Para mí, las personas más inteligentes que conozco suelen ser las más callados, las más observadoras, y creo que el cine debería prestarles más atención. Por eso agradecí mucho esta reescritura.
¿Conocía la historia que padecieron los osages? Sí, antes de ser actriz, de pequeña, a mí me interesaba el ballet. A los 10 años, cuando aún vivíamos en la reserva, mis padres me escolarizaron en casa y en uno de mis proyectos me interesé por Maria Tallchief que fue la primera prima ballerina nativa americana, y era osage. Cuando se lo conté a mi padre me contó lo que habían sufrido y recuerdo que me preocupó mucho por cómo le habría afectado a Maria. Después, como todos, leí el libro de David Grann, pero la historia de los osage se conocía y hablaba ligeramente en mi entorno.
La tradición oral sigue siendo fundamental dentro de su comunidad. Así es, te cuentan historias específicas de tu familia o más generales sobre tu linaje, acerca de dónde vienes, de tu origen. Es necesario que tengamos este conocimiento sobre nuestro linaje para que el Estado nos reconozca como nación nativa americana. Y porque para nosotros, nuestros ancestros no están solo en el pasado, están con nosotros ahora. Esta es la idea de la perpetuidad cultural, la continuación de nuestra cultura es el pináculo de la sociedad.
Es hija de padre pies negros y nez percé y de madre blanca, vivió entre la reserva y Seattle, ¿cómo fue crecer entre ambos universos? He estado siempre en una comunidad y he sido criada por gente que no me ha dejado olvidar que siempre estoy representando a todos. Mis ancestros están bastante mezclados, como supongo que todos los estamos. Todos somos el resultado de generaciones y generaciones adaptándose unos a otros, conociéndose, comerciando, influenciándose sin darse cuenta. Yo soy un mapa de todo eso. La gente nativa somos rurales, somos urbanos, vivimos en la reserva, estamos por todo Estados Unidos, pero hay una gran comunidad del país indio que se junta virtualmente. Ahora vivo mucho más cerca de mi hogar [llama hogar a Glacier National Park; “Es el país pies negros”, explica], pero cuando dejé la reserva durante un tiempo, estuvo bien mantenerse unida así. Las redes sociales nos permiten estar en contacto de una manera rápida, así podemos mantener una comunidad colectiva mucho más amplia.
¿Se considera una activista de su comunidad? Yo diría que soy más activista de sofá, porque tengo gente a mi alrededor, muy cercana, que son verdaderos activistas, yo he hecho acciones, pero mi activismo está muy relacionado a mi profesión.
¿Y cuáles fueron esas conexiones con Mollie exactamente? Hay muchas solidas similitudes en el mundo de las sociedades indias. Hay muchas cosas que me recuerdan mi hogar, nuestra relación con el creador, con el sol, con la tierra… Siempre hay diferencias porque hay 500 naciones federales reconocidas en EE UU y unas 200-400 que no están federalmente reconocidas y cada una de esas tribus tiene su idioma, dialecto, costumbres… Es imposible decir que tenemos una única visión del mundo, pero hay un reconocimiento común por cada una de ellas. Encontré cosas muy similares entre mi infancia y la de Mollie… La mujer en mi familia que sería la coetánea de Mollie sería mi bisabuela Lily, mi padre estaba muy unido a ella. Murió seis años antes de que yo naciera, pero siempre sentí que estaba alrededor. Esa ida de perpetuidad cultural está conmigo desde el principio: me dieron su nombre, siempre supe quién era y cómo era. La abuela Lily venía de una línea de líderes en nuestra comunidad, mi tatarabuelo fue uno de los líderes que firmó el tratado que nos dio la tierra en Canadá —y, por cierto, a través de esa línea sucesoria estoy unida a Janay Collins que interpreta a mi hermana Rita en la película—, llevaba con mucho orgullo eso, un orgullo que también ves en Mollie y su familia, porque conforman los pilares de quién es. La abuela Lily también era una católica devota, hablaba pies negros e inglés con fluidez, como Lily, masticaba tabaco, en casa era muy irónica, pero en público era muy seria, sosegada. Cuando hablé con algunos de los osage, encontré muchas similitudes, con nuestra historia de colonización, misioneros…
Si su nominación al Oscar se confirma, sería la segunda mujer indígena después de Jocelyn LaGarde en 1966 y, en realidad, la segunda nativa americana en recoger un Oscar, o algo así, después de que Sacheen Littlefeather acudiera en nombre de Marlon Brando en 1973… para rechazar la estatuilla. Hablando de representación y justicia, ¿estar por fin en este lugar supone mucha presión? [Se ríe] Si gano, quizá lo acepte en nombre de Marlon Brando. La atención es una forma de energía, el dinero es una forma de energía, lo importante es estar presente en el momento, con lo pies en la tierra. Esta criatura abstracta que es la fama, la notoriedad, el Oscar… —aunque eso, en realidad, es una estatua que puedes tocar— no la siento como presión. Uso la analogía del agua, yo siento que tienes que seguir moviéndote, seguir adelante, o te quedas estancada, y no quiero ser un estanque, quiero seguir fluyendo. Si los poderes que sean me eligen para llegar a un momento como los Oscar, así será, pero es algo que está por encima de mí. Así es de la única forma en que puedo pensarlo. Y si de alguna forma me gustaría tomármelo es pensando que la sociedad está preparada y hambrienta por este tipo de historias y personajes. Si esto se ha cruzado por mi camino es porque la gente quiere aprender sobre la historia del reino del terror y de Mollie, porque vivimos momentos inciertos y vemos en los osage a gente que ha sobrevivido al final del mundo muchas veces.
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