Karin Gustafsson, diseñadora de Cos: “Las mujeres aún quieren ser elegantes, pero ya no renuncian a la comodidad”
Lleva casi 20 años en la marca, desde que esta solo era un proyecto tomando forma. Hoy tiene un perfil muy definido que la diseñadora desgrana a pocas horas de haber presentado nueva colección en la semana de la moda de Nueva York
Karin Gustafsson (Linköping, Suecia) pensaba que nunca podría ser diseñadora, porque sus dibujos no eran lo suficientemente buenos. La ropa le gusta desde que tiene uso de razón, desde que jugaba a hacérsela a sus muñecas. Su madre fue clave en potenciar su creatividad y su colección de fin de carrera, tras haber estudiado en el London College of Fashion y en el Royal College, fundamental para que la ficharan en Cos. Entonces la marca de origen sueco, propiedad del grupo H&M, solo era una idea en el aire: “Me acababa de graduar y no pensaba en trabajar en una gran marca como esta, la verdad es que no tenía claro qué hacer”, recuerda en el showroom de la firma en Manhattan en el barrio de Meatpacking. “Se me acercaron a hablarme de un nuevo proyecto del que no podían contarme mucho, entonces era todavía un equipo muy pequeño, pero ha sido muy bonito y único poder estar desde el principio”. La propuesta le convenció y desde entonces ha ido recorriendo varias posiciones dentro de la marca hasta ser nombrada directora de diseño en 2020. Ahora dirige a un equipo de unos 30 diseñadores en el cuartel general de la compañía en Londres y acaba de presentar su tercer desfile en la ciudad de Nueva York.
La nueva colección Atelier, de apariencia sencilla pero cargada de intención, está repleta de prendas para hombre y mujer que continúan evolucionando el espíritu de la etiqueta que nació en el año 2007: “Creo que nuestra principal diferencia es la usabilidad. Ofrecemos prendas que hacen la vida más sencilla porque son fácilmente combinables entre sí. Todos pueden vestir de distintas maneras mezclándolas de la mañana a la noche. Además, los diseños engloban una sensación de atemporalidad que permite lucirlos acoplándolos a cualquier armario o a cualquier personalidad. Piezas que nunca te llevan porque eres tú el que, con tus elecciones al combinarlas, les das vida”. Una filosofía que conecta fácilmente con la demanda de individualidad, pero también con el innegociable requisito de la comodidad. “Desde la pandemia todo se ha vuelto más confortable, desde entonces las siluetas más generosas han experimentado un revival. Los tacones ya no son tan importantes, por ejemplo. Las mujeres aún quieren ser elegantes, pero ya no renuncian a la comodidad”, añade la diseñadora que ya ha compartido sus propuestas en desfiles en Nueva York, París, Roma o Londres.
No hubo tacones esta vez entre sus apuestas, solo manoletinas elásticas o lanudas tan apetecibles como unas zapatillas de casa. Elegancia y holgura, dos conceptos que pueden ser complementarios como demuestra toda la colección. Una línea para este otoño-invierno que saldrá a la venta en octubre, aunque algunas de las prendas ya están disponibles a través de su página web. Como la americana oversized en color topo y con hombreras redondeadas que ha sido confeccionada con algodón y lana reciclados. ¿Los precios? Solo ligeramente superiores a los que acostumbra la cadena: 115 euros por una falda asimétrica de lana o 290 por una trenca de lana reciclada.
“La idea de partida fue buscar un punto entre algo estructurado y algo fluido. Nos fijamos en el trabajo de Pina Bausch y en la forma en la que relacionaba estos conceptos a través de la danza”, explica Gustafsson. Incluso los patrones más arquitectónicos, como los de las americanas y las piezas de sastrería, se entregan a las formas redondeadas que suavizan el conjunto. Abrigos fluidos y versátiles, trajes sastre de silueta amplia o vestidos con los que jugar a las superposiciones. Acompaña la paleta, que queda restringida a una amplia variación de grises, algún toque tierra y el detalle de fantasía: bailarinas y calcetines en verde Brat para demostrar que la colección también está concebida para divertirse y se presta como base para la experimentación.
Es epítome del estilo nórdico que tanto conecta con personas de cualquier rincón del globo: “Creo que el hecho de que las prendas sean conscientes pero sin pretensiones hace que muchas personalidades distintas puedan sentirse identificadas. Creo que es una fortaleza nuestra”. Personalidades tan diversas como las que aplaudían desde el front row: de Chloë Sevigny a Emily Ratajkowski, pasando por Colman Domingo, Lennon Gallagher, Emma Roberts o Issa Rae dejando constancia de cómo la marca pone los ingredientes, sobre los que cada uno salpimenta para apropiarse del estilo.
Todas las imágenes de la colección, en la galería:
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.