_
_
_
_

Tory Burch: “Lo que diseño ahora se corresponde más con mi visión personal de cómo es la mujer contemporánea”

La estadounidense comenzó diseñando básicos de mujer con un giro hace más de 20 años. En la segunda década del siglo XXI ha conseguido actualizar una firma que ya forma parte del olimpo de los grandes del estilo ‘sport chic’ para damas que tienen muy claro lo que buscan en la gran ciudad

Tory Burch
Tory Burch en el 'backstage' de su desfile otoño-invierno de 2023. Ella misma va vestida con el característico estilo de su firma, capaz de reinterpretar el denim o los clásicos como los jerséis de merino.Noa Griffel/CORTESÍA DE LA FIRMA
Raquel Peláez

En el último desfile de Tory Burch, el que se celebró el pasado mes de octubre en el edificio de la antigua fábrica de azúcar Domino, las siluetas de los invitados se proyectaban contra el atardecer de Nueva York: al fondo, en el puente de Brooklyn una hilera perpetua de luces, la que forman los vehículos que jamás dejan de circular por las carreteras de la legendaria ciudad que nunca duerme, funcionaban como una guirnalda cosmopolita. En el perímetro del último piso, una enorme terraza cubierta con mamparas de cristal que evocan un gigantesco invernadero, desfilan algunos rostros muy conocidos de la moda comercial, pero no mucho: la influencer Alexa Chung, las modelos Paloma Elsesser y Vittoria Ceretti… y en el público, Ella Emhoff, la hijastra de Kamala Harris, que en aquel momento aún era aspirante a la presidencia de los Estados Unidos; y junto a ella, una actriz tan cool como Michelle Williams, además de una buena muestra de damas neoyorquinas, de esas que saben bien cómo vestirse para que no se comprometan ni su reputación de fashion icons ni su comodidad.

Desfile de Tory Burch en la antigua fábrica de azúcar Domino.
Desfile de Tory Burch en la antigua fábrica de azúcar Domino.Cortesía de la firma

El esfuerzo de proyección mediática es claro y cobra obvio fruto cuando una institución de la moda como la crítica de The New York Times, Vanessa Friedman, al día siguiente da su bendición a la colección de la siguiente forma: “En los últimos años, Tory Burch ha estado retándose a sí misma y obligándose a salir de la zona de confort que la convirtió en una marca célebre. Ha abandonado la estética ‘Lee Radziwill de vacaciones’, con los caftanes y las bailarinas que le dieron renombre y ha dado un paso adelante en el diseño de auténtica moda”.

Un mes después, al otro lado del teléfono, a bordo de un coche hacia su destino de Acción de Gracias, Tory Burch en persona nos explica si se sintió identificada al leer esas palabras de Friedman: “Es extraño. La respuesta es sí y a la vez no. Por un lado me encanta que la gente sea capaz de ver el cambio importantísimo que se ha producido en la marca, pero diría que se remonta a cinco años atrás y tiene que ver con el hecho de que ahora puedo dedicarme al cien por cien al proceso de diseño, cuando antes tenía que llevar también las riendas de la empresa”. Lo que le ocurrió hace cinco años, efectivamente, fue transformador en muchos sentidos. Después de haber sido capaz de fundar en 2004 una firma con su propio nombre (que a la altura de 2013 ya la había hecho, según la revista Forbes, milmillonaria), de ser uno de los nombres más habituales en las nominaciones de la CFDA y de convertirse en un referente entre las compradoras estadounidenses cubriendo todos los roles clave de su propia empresa, en 2019 se casó con Pierre-Yves Roussel, quien, entre otras cosas, llevaba a sus espaldas la experiencia de haber sido CEO de LVMH.

Tory Burch revisa los detalles de su último desfile.
Tory Burch revisa los detalles de su último desfile.Noa Griffel/CORTESÍA DE LA FIRMA

Ese mismo año Roussel tomó las riendas administrativas, económicas y estratégicas de la compañía de su esposa. Y precisamente gracias a eso ella pudo enfocarse en los aspectos creativos a los que hasta entonces había destinado, según sus propias palabras, el 20%. “Entiendo a lo que se refiere Vanessa porque es verdad que lo que diseño ahora se corresponde más con mi visión personal, y no porque esté creando personalmente para mí misma, sino porque expresa mejor cómo veo a la mujer contemporánea”, explica Burch. Y esa visión incluye el esfuerzo de actualizar una firma que, como contaba Friedman, se hizo famosa por ofrecer una versión relativamente económica, aunque lujosa, del sport sofisticado que lucían mujeres como la hermana de Jackie Kennedy o la propia Jackie, cuando ya era Onassis: “Tenemos una clientela muy fiel, de manera que no podía ignorar sus necesidades. Sabemos que les encantan los estampados y que algunas piezas de nuestras colecciones, como las gabardinas, son innegociables. Pero el hecho de que esta clienta sea tan fiel también nos da el privilegio de que se pongan en nuestras manos si decidimos experimentar, y así es como hemos llegado a una clientela más joven”.

Detalle de uno de los bolsos de la firma.
Detalle de uno de los bolsos de la firma.Launchmetrics.com/spotlight

Los pilares esenciales que no se han tocado desde los inicios son el acabado lujoso de cada prenda y complemento y a la vez la pátina sport que caracteriza a la mujer neoyorquina y que quizá marca la gran diferencia con otros arquetipos de la moda, como la fémina parisina. Pero es que además, a todo eso, esta diseñadora intuitiva y práctica ha conseguido añadir el toque final necesario para triunfar en el siglo XXI, la viralidad. Sus Hoop dress (un vestido con una falda acaba con aros) y Pierced mules (sandalias con un gancho metálico en el dedo grueso del pie) se han convertido en básicos del street style gracias a su peculiaridad. Sus botas y zapatón de salón con tacones esculturales van por el mismo camino. “No es algo que forme parte de mi estrategia, pero sí creo que deja muy claro que sé leer a las mujeres de este tiempo”, explica Burch. Ella, cuya vena emprendedora no se ha quedado en sí misma y es promotora de un vivero de talentos empresariales femeninos, observa con cierta precaución el aumento de directores creativos masculinos, algo que también destacaba la crítica de The New York Times en su pieza: “Hay muy buenos diseñadores hombres, pero soy activista de los derechos de las mujeres. Hay que estar alerta siempre”.

Varias modelos, antes del desfile.
Varias modelos, antes del desfile.Cortesía de la firma

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Raquel Peláez
Licenciada en periodismo por la USC y Master en marketing por el London College of Communication, está especializada en temas de consumo, cultura de masas y antropología urbana. Subdirectora de S Moda, ha sido redactora jefa de la web de Vanity Fair. Comenzó en cabeceras regionales como Diario de León o La Voz de Galicia.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_