‘Golfcore’ y vestidos de tenista: estas son las claves de la estética sporty chic que arrasa de nuevo

“Es como una relación entre dos personas, donde entregan todo de sí. Hasta con el público”. En la película Challengers (Rivales, en castellano), el éxito de taquilla de Luca Guadagnino de hace unos meses, la tenista Tashi Donaldson, interpretada por Zendaya, lanza esta reflexión cuando uno de los protagonistas pregunta sobre la naturaleza de ese deporte. Durante la cinta, un festín de gotas de sudor que parecen diamantes y la batuta de J.W. Anderson como coreógrafo de todo el vestuario desdibujan los límites entre moda y deporte en un gozo continuo para el espectador.

Guiados por este espíritu esteta del realizador italiano, celebramos el verano más deportivo de la década con los Juegos Olímpicos y la Eurocopa a la vuelta de la esquina. Porque desde tiempos remotos, la moda y el deporte han mantenido una relación tan intensa y productiva como la de la protagonista con el tenis -híbridos como el athleisure forman ya parte de nuestro léxico a la hora de vestirnos– y se retroalimentan tanto en la pasarela como en la pista.

Ese estilo sporty chic tan venerado por el público urbano es el punto de partida de la nueva colección de Pull&Bear, una selección de prendas ultracómodas y todoterreno con las que celebrar la llegada de los Juegos Olímpicos a París. Esta tendencia que fusiona la elegancia nata del street style en las capitales europeas con el confort de las prendas deportivas lleva a la marca española a idear un armario básico y muy versátil para la llegada inminente del calor.

Con la estética preppy en la cancha como foco de inspiración, Pull&Bear imagina un look 24/7 formado por prendas con popelín de algodón y denim elástico. Es el caso del tennis dress –con falda globo y tirantes– o el vestido sacado de un torneo de golf, reconocible por el cuello camisero y las tablitas que enloquecen a las parisinas. El twin set de top con cremallera y falda-pantalón en blanco o denim crudo rememora ese estilo retro de Venus y Serena Williams en los 2000.

La pulcritud del blanco domina cromáticamente la colección, con la licencia del negro o los cuadros vichy en rojo. El entusiasmo por el golfcore se manifiesta en los accesorios, con la gorra con el rótulo bordado Le Petit Bleu Café, los coleteros en forma de corazón o la mercedita con suela truck.

Adèle Farine, una embajadora ‘à la mode’

Este estilo desenfadado, cosmopolita y a primeras nada estudiado (es la magia de la moda) lo personifica la modelo francesa Adèle Farine, embajadora de la colección. “Todos los días necesito comodidad. Me encantan las camisas grandes y los pantalones de trabajo. Por la noche, me gustan los vestidos largos y las joyas... Todo lo que brilla, me gusta. Y las pieles (vintage)”, explica por mail a la S MODA. Vinculada a la marca española desde sus comienzos como modelo y artista –se puso delante de un objetivo por primera vez con 19 años–, heredó la pasión por la moda de su madre y su abuela. “Las fotos familiares siempre me han inspirado. Mi abuela en los años 70 era increíblemente genial y hermosa”, explica.

Con el cabello rubio y ensortijado y una tez inmaculada que recuerda al personaje de Camille en la serie Emily in Paris, Adèle tiene ese je ne sais quoi característico de las parisinas, capaces de sacar partido a básicos en cualquier situación. Así lo defiende en este editorial por París, junto a prendas de la colección como el vestido globo o el twin set de cremallera.

Con un pedigrí artístico que se remonta a varias generaciones –su padre es fotógrafo, su madre arquitecta y su abuela pintora–, a sus 26 años Adèle ha vivido tantas vidas creativas como sus antepasados, con trabajos de collage y fotografía, cine y proyectos de moda. Estudió cerámica, composición de pintura, perspectiva y anatomía artística, y tuvo la suerte explorar todos estos campos en la plena adolescencia. Ahora es el cine, y más recientemente el teatro, las disciplinas que inspiran todo lo que hace, además de una pasión desbordante por la lectura.

Y, siempre, con la mirada puesta en la anatomía femenina. “Ahora estoy trabajando en mi autorretrato. He explorado muchas facetas diferentes de los collages en los últimos años, pero los autorretratos son los que más disfruto crear y los que más me inspiran, para ser honesto. Al principio fue difícil para mí, pero en los últimos meses se ha vuelto cada vez más claro y me encanta trabajar en ellos”.

Asentada desde hace unos años en Nueva York –“me encanta esta ciudad por su diversidad, tiene tantas escenas diferentes y cosas por hacer todo el tiempo... Siempre hay algo que aprender”, señala–, este verano vivirá el espíritu olímpico a muchos kilómetros de distancia. “Me voy a trabajar en Australia dos o tres meses. Estoy tan feliz por ello, tan emocionada... Me encanta viajar y me voy a divertir mucho, surfeando y haciendo senderismo. Espero ver muchos animales también”. Será una buena oportunidad para poner el sporty chic a prueba.

Estas son las prendas favoritas de Adèle Farine:

1. El ‘tennis dress’ perfecto

2. Un vestido ‘golfcore’

3. Falda-pantalón en denim

4. Top con cuello de cremallera

5. Gorra con mensaje

6. Pack de ‘scrunchies’ con forma de corazón